MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
El carcinoma hepatocelular es el cáncer de hígado más frecuente y la tercera causa de muerte por cáncer a nivel global, su incidencia ha ido en aumento y se asocia principalmente al consumo perjudicial de alcohol, a la enfermedad del hígado graso y a la infección por el virus de la hepatitis C.
Estos datos han sido presentados por la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) que, con motivo de la Semana de las Enfermedades Hepáticas de Madrid, que finalizó el pasado viernes, 17 de febrero, ha reunido a especialistas para abordar los retos en el diagnóstico y tratamiento del carcinoma hepatocelular (CHC).
Este tipo de cáncer de hígado tiene más de 900.000 casos nuevos diagnosticados anualmente en todo el mundo. La cirrosis hepática es el principal factor de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad, por lo que los expertos recomiendan realizar una ecografía abdominal cada seis meses a todos los pacientes cirróticos, a fin de evitar un posible diagnóstico tardío.
"El carcinoma hepatocelular es un tumor singular ya que generalmente se asienta sobre una enfermedad hepática avanzada, que no solo predispone a su aparición, sino que también impacta en su pronóstico y muchas veces limita su posibilidad de tratamiento", afirma el doctor Rafael Bañares, jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y director científico del CIBER de enfermedades hepáticas y digestivas.
La ausencia de tratamientos realmente eficaces durante años ha influido en la alta mortalidad de la enfermedad. Sin embargo, en la última década, el esfuerzo investigador en esta área y los logros en el ámbito de los tratamientos oncológicos, como la llegada de la inmunoterapia, han permitido avances terapéuticos muy relevantes que han mejorado drásticamente la expectativa de supervivencia de estos pacientes, sin gran impacto en su calidad de vida.
Estos avances ya se han trasladado a la práctica clínica y están financiados por el Sistema Nacional de Salud, hecho que facilita el acceso universal a estos tratamientos.
"Hoy en día, el CHC ha recuperado posiciones en el ámbito de la oncología en cuanto a visibilidad social e interés científico, pero sigue siendo un problema sanitario de primera magnitud y un enorme desafío para los profesionales implicados en la gestión eficiente de la atención a estos pacientes", añade el doctor Bañares.