Pretende modificar los factores de riesgo cardiovascular a través del entrenamiento físico, charlas educacionales y abordaje psicológico
SANTANDER, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Valdecilla está desarrollando un Programa de Rehabilitación Cardiaca para enseñar hábitos de vida saludables a los pacientes que han sufrido un infarto y evitar que se repita.
La iniciativa se puso en marcha en 2007 a través de un equipo multidisciplinar, integrado por profesionales de cardiología, rehabilitación, enfermería, fisioterapia, psicología clínica y nutrición. El programa está dirigido a hacer prevención secundaria en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.
El objetivo final es modificar los factores de riesgo cardiovascular para evitar nuevos episodios isquémicos y mejorar la calidad de vida, según subraya la Consejería de Sanidad en un comunicado de prensa.
Los programas de Rehabilitación cardiaca, que empezaron a aplicarse en la década de los 80, han demostrado claramente su beneficio en reducción de la morbilidad, mortalidad, depresión y ansiedad tras el infarto, así como mejora de la calidad de vida, destaca el departamento que dirige Luis María Truan.
Según ha explicado la doctora Sonia López, responsable del área de rehabilitación de este Programa, los pacientes son captados en la Unidad de Coronarias. Los candidatos son seleccionados entre aquellos que presenten un riesgo cardiovascular bajo o intermedio, es decir, que no tengan una mala función ventricular. El requisito imprescindible es que los pacientes consientan voluntariamente a participar.
Tras esta primera selección en la Unidad de Coronarias, los pacientes realizan una prueba de esfuerzo a partir de los 15 días de haber sufrido el infarto para conocer su estado físico y establecer el riesgo cardiovascular definitivo.
Con la información sobre características del infarto, antecedentes personales, factores de riesgo y el resultado de un test de esfuerzo, se determina definitivamente el riesgo cardiovascular, incluyéndose en el Programa, por el momento, a aquellos pacientes considerados de riesgo bajo o intermedio.
La inclusión de pacientes de más alto riesgo --el grupo de mayor beneficio con este tipo de programas--, no será posible, por cuestiones de seguridad, hasta no disponer del equipamiento necesario para monitorizar electrocardiográfica continua mediante telemetría, durante la realización del ejercicio físico.
CARÁCTER MULTIDISCIPLINAR
Una de las razones del éxito de este Programa es su carácter multidisciplinar y la estrecha colaboración entre los profesionales implicados.
El equipo básico lo integran el cardiólogo José María San José, la rehabilitadora Sonia López Medina, la enfermera Canu López Somoza, la fisioterapeuta Ana Mardones y el psicólogo clínico Fernando Hoyuela.
Además, colaboran en el programa la dietista Isabel González González, el fisioterapeuta Ricardo vallejo y la rehabilitadora Belén González.
El objetivo último es educar a los pacientes e influir en los factores de riesgo cardiovascular, estructurando el Programa a través del entrenamiento físico, charlas educacionales y abordaje psicológico. Esto supone individualizar la organización del Programa, adaptándolo a las características y necesidades de cada paciente.
La duración del Programa es de 2 meses, incluyendo sesiones semanales de entrenamiento físico (4,5 horas a la semana). Las charlas educacionales (1 a la semana) se centran en la anatomía del corazón, factores de riesgo cardiovascular, efectos beneficiosos del ejercicio, dieta cardiosaludable y medicación en un enfermo de cardiopatía isquémica.
Finalmente, el abordaje psicológico (1 sesión a la semana) se orienta a la detección de patologías asociadas al infarto como ansiedad, depresión e insomnio, y a enseñar técnicas de relajación y manejo de situaciones de estrés.
PERIODO DE APRENDIZAJE
Transcurridos los 2 meses de duración del Programa, el paciente es sometido a una nueva prueba de esfuerzo para comprobar el efecto del entrenamiento y establecer la frecuencia cardiaca que debe mantener a la hora de realizar ejercicio físico.
La doctora Sonia López Medina describe estos dos meses como "un período de aprendizaje" de hábitos saludables que estos pacientes deben aplicar posteriormente a lo largo de toda su vida.
Considera que es un momento "perfecto" para adoptar nuevos hábitos, ya que se produce tras una situación de riesgo, como un infarto, que "obliga a replantearse muchas cosas y muchas prioridades".
Una vez que finaliza este Programa de Rehabilitación Cardiaca, cada paciente adapta estas enseñanzas a su vida cotidiana. No obstante, a los 6 meses se realiza un seguimiento telefónico para comprobar su estado y recordar la necesidad de mantener hábitos de vida saludables.
150 PACIENTES
Desde 2007, cerca de 150 pacientes se han beneficiado de esta prevención y educación sanitaria que se imparte a través de este Programa. Tanto el equipo de profesionales que participan como los pacientes tratados se sienten "muy satisfechos" con el desarrollo del programa.
Destaca que más del 95% de los pacientes abandonan el hábito tabáquico tras el infarto agudo de miocardio. Además, la mayoría modifican su dieta adoptando la dieta mediterránea, con lo que se observa reducción de peso y de perímetro abdominal. También se habitúan a realizar ejercicio físico mínimo 5 días a la semana.
A los dos meses del entrenamiento ya se puede ver una mejoría de su capacidad aeróbica con menor esfuerzo del corazón. Y al finalizar el programa, bastantes pacientes expresan el deseo de prolongar el entrenamiento en el hospital.
No obstante, el objetivo de la Rehabilitación es la reintegración de los pacientes a su medio familiar, social y laboral "en las mejores condiciones posibles, sin hacerles dependientes del medio hospitalario".