LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Universitario de Canarias (HUC) ha realizado, desde que comenzó hace dos años con el programa de Trasplante de Donante Vivo, un total de siete trasplantes, de los que tres de ellos se hicieron en abril de este año, y destacan todos ellos por los "muy buenos resultados" que se han obtenido, así como que los donantes no han tenido complicaciones.
En lo que se refiere a los trasplantes de donantes vivo, es decir, cuando una persona viva dona uno de sus riñones para dárselo a otra persona, pueden llevarse a cabo con individuos emparentados genéticamente o no con el receptor, dependiendo de si hay o no una relación biológica entre ambos.
Así, según informó el Gobierno canario, de los trasplantes realizados hasta el momento en el HUC, cuatro fueron trasplantes no emparentados (tres entre parejas y uno entre amigos), mientras que otros tres estaban emparentados (hermanos), siendo la edad media del receptor de 43 años. En los próximos meses está previsto realizar cuatro trasplantes más de este tipo.
En el conjunto nacional, el número de trasplantes renales, fundamentalmente de donantes fallecidos, ha incrementado pero "no es suficiente para atender las necesidades", además de que los donantes suelen ser de mayor edad debido a la disminución de los muertos por accidentes de tráfico.
Por ello, la "escasa" oferta de riñones de donantes jóvenes y las experiencias publicadas sobre el trasplantes renal de vivo de otros países con "muy buenos resultados y una mayor supervivencia", ha llevado a que la comunidad trasplantadora, con el apoyo de la Organización Nacional de Trasplantes, a impulsar el desarrollo de Programas de Trasplantes Vivo por los Equipos de Trasplante Renal, tales como el HUC.
En cuanto a la intervención, la extracción del riñón se realiza por laparoscopia, una técnica mínimamente invasiva para el donante, que tiene una duración de aproximadamente tres horas, mientras el posterior trasplante renal en el receptor dura unas dos horas. Aquí los riesgos para el donante, aunque existen, como los de cualquier persona que es sometida a una intervención quirúrgica con anestesia general, "son limitados, pudiendo incorporarse a su vida laboral en tres o cuatro semanas, y realizar posteriormente una vida totalmente normal, ya que se puede vivir perfectamente con un solo riñón".
El trasplante renal se inició en el HUC en 1981 convirtiéndose en uno de los programas "más activos de todo" el país con un incremento progresivo del número de trasplantes y una "calidad ya consolidada y excepcional en sus resultados". Desde entonces se han realizado 2.215 trasplantes renales y 70 renopancreáticos, siendo líderes mundiales en número de trasplantes renales funcionantes.
"CALIDAD DE VIDA"
Respecto a las ventajas que tiene un trasplante de riñón para el receptor recae, fundamentalmente, en que ésta ya no tendrá que acudir más a diálisis, ganando "enormemente en calidad de vida y, además, se evitan las complicaciones" asociadas a la diálisis. La rehabilitación "es tan completa" que la mayoría de los receptores consiguen reincorporarse al trabajo después del trasplante.
La principal ventaja frente a la donación de cadáver es que la supervivencia del injerto renal y del paciente es mayor en el caso de donante vivo. A los 10 años, el 80 por ciento de los injertos renales procedentes de donante vivo están funcionando frente al 65 por ciento de los injertos renales procedentes de cadáver y más del 85 por ciento de los pacientes trasplantados de donante vivo sobreviven frente al 70 por ciento del paciente trasplantado de donante cadáver.
Asimismo, el paciente puede recibir el trasplante renal en la etapa anterior a la diálisis, con lo que los resultados son aún "mucho mejores". De esta forma, se reduce la lista de espera beneficiando a otro paciente que recibe un nuevo riñón procedente de cadáver con mayor rapidez.
Por otro lado, los requisitos tanto para el donante como para el receptor debe ser, el donante, mayor de edad y hacerse un análisis de sangre y pruebas exploratorias complementarias que garanticen su buena salud y que no transmitirá ningún tipo de enfermedad al receptor, además de valorar que la extracción de uno de los riñones no va a repercutir en su salud a corto y largo plazo.
También se debe analizar la compatibilidad del grupo sanguíneo y del HLA (los diferentes antígenos HLA son unas proteínas que aparecen en la superficie de las células y regulan todo el sistema inmunológico) para evitar el rechazo del órgano.
En definitiva, el donante debe de ser mayor de edad, estar en buena forma física, carecer de antecedentes de enfermedades, tener una buena función renal, tener un grupo sanguíneo compatible y no sufrir enfermedades importantes que impedirían el trasplante e impliquen un riesgo futuro para su salud.
Para proceder a la extracción del órgano, el donante debe otorgar por escrito su consentimiento expreso ante el juez encargado del Registro Civil, tras las explicaciones del médico cirujano que ha de efectuar la extracción y el trasplante, en presencia de un médico ajeno al equipo de trasplantes que garantiza la salud física y psíquica del donante y en presencia de la persona a la que corresponda dar la conformidad para la intervención.
Los casos de donación de donante vivo requieren también una evaluación médica por parte de un psiquiatra y un informe positivo del Comité Ético del Hospital. También se realiza una evaluación por parte del nefrólogo, el urólogo, el médico de Medicina Interna y el facultativo de Coordinación de Trasplantes.
El HUC también realiza desde el año 2002 el programa de trasplante simultáneo de riñón y páncreas habiéndose realizado 70 trasplantes de este tipo. Este tipo de trasplante, especialmente complejo al incluir el implante de dos órganos en una misma intervención quirúrgica, "es uno de los pocos que funcionan en España y sus excelentes resultados han convertido al HUC en centro de referencia" de formación nacional de este procedimiento.
Este centro ya está autorizado para el implante de páncreas aislado, realizando el primer procedimiento en 2009, y cuya indicación principal es en pacientes con diabetes tipo 1 y que han sido trasplantados con éxito previamente de riñón. Para los pacientes con diabetes tipo 1 y sin afectación renal, el trasplante aislado de páncreas requiere unos requisitos específicos estando indicado solamente en situaciones "muy concretas".