SANTA CRUZ DE TENERIFE 17 May. (EUROPA PRESS) -
El Hospital San Juan de Dios de Tenerife ha detectado que el 80 por ciento de los pacientes que se atienden en la consulta del Servicio de Cardiología son hipertensos. Este alto porcentaje se debe a que la mayoría de los que sufren una enfermedad cardiaca son personas mayores, cuando la hipertensión es más frecuente, y a que muchos de ellos son remitidos a este departamento para ser valorados precisamente por padecer esta patología.
En un comunicado, el jefe de Cardiología de este Hospital, Jesús Pablo Domínguez, ha indicado que "a todos ellos se les realiza una historia clínica completa, una exploración física y las correspondientes pruebas diagnósticas con la intención de excluir una posible causa del aumento de la presión arterial, valorar la presencia de otros factores de riesgo y estudiar las posibles consecuencias cardiovasculares de la hipertensión". Asimismo, se les recomienda los cuidados que deben seguir para su salud y se les inicia el tratamiento farmacológico.
La hipertensión arterial es el aumento anormal y permanente de la presión dentro de las arterias. Se considera que una persona tiene hipertensión cuando en estado de reposo su presión arterial sistólica es igual o mayor a 140 mm de Hg y/o su diastólica igual o mayor a 90, o mayor de 130/80 en caso de personas diabéticas
Además, es uno de los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes en el ser humano, ya que la padece el 25 por ciento de las personas adultas y se eleva al 50 por ciento si sólo se consideran a los mayores de 65 años. Asimismo, es de causa desconocida en más del 90 por ciento de los casos.
"Constituye un grave problema socio-sanitario e implica un importante coste económico y social, puesto que si no es controlada termina lesionando las arterias y produce falta de riego sanguíneo en los órganos, lo que conduce a complicaciones a veces graves, incluso mortales", señaló el cardiólogo.
En este sentido, Domínguez explicó que "el corazón tiene que luchar contra la presión arterial para poder impulsar la sangre hacia la aorta, por lo que puede llegar a agotarse si la hipertensión es manifiesta y mantenida, con lo que aparece así insuficiencia cardiaca".
La patología también puede producir obstrucción de las arterias, con lo que puede producir infarto de miocardio, trombosis cerebral, insuficiencia renal o gangrena en las extremidades inferiores. Asimismo, si la presión arterial se eleva en exceso, las arterias pueden romperse y producir hemorragia en el cerebro o en la retina.
Finalmente, el jefe de Cardiología del Hospital San Juan de Dios de Tenerife matizó que, en contra de lo que se piensa, la hipertensión arterial no suele producir síntomas, por lo que se le denomina "asesina silenciosa", y en el caso de que los presenten se debe a que tienen la presión arterial muy elevada o una enfermedad arterial avanzada. "Lo más habitual es que el paciente sienta dolor de cabeza y mareo", concluye.