MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
La enfermedad inflamatoria intestinal engloba entre otras la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn e implica medicación de por vida para mantener su remisión, pero actualmente un 10 por ciento de los pacientes no responden al tratamiento y hasta un 30 por ciento pierden la respuesta entre los 6 meses y el año de utilizarlo.
"Nos obliga a intensificar el tratamiento o cambiar de agente biológico", según ha reconocido el especialista de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) Joaquín Hinojosa, que ha participado en el XXI Curso de Postgrado SEPD-AGA de Avances en Gastroenterología y Hepatología impartido en el LXXIII Congreso Anual de esta sociedad científica celebrado en Valencia.
Para dar respuesta a estos problemas y evitar que los pacientes deban someterse a una cirugía, que tampoco es garantía de remisión (ya que en la enfermedad de Crohn suele reaparecer en casi el 90 por ciento de los casos) los expertos e investigadores trabajan en la búsqueda de nuevos fármacos que actúen por vías diferentes al TNF-alfa.
En estos pacientes hay otros factores que mantienen la inflamación, por lo que "se buscan y estudian nuevas moléculas que actúen sobre vías muy concretas, que serán muy selectivos y sin efectos secundarios", explica Hinojosa.
Los efectos secundarios más importantes, al tratarse de fármacos que evitan la inflamación, están relacionados con la alteración de la capacidad inmunológica del intestino facilitando la aparición de infecciones oportunistas o potenciando el desarrollo de linfomas.
Las nuevas terapias para pacientes graves de difícil control están ya en sus ensayos finales, por lo que en un futuro muy cercano serán tratamientos individualizados, muy eficaces, que actuarán en zonas muy limitadas del intestino, con efectos secundarios controlados y con una administración más simple que la actual, que es vía intravenosa o subcutánea.
Tanto los tratamientos biológicos actuales, como los que están a punto de llegar son fármacos complejos y caros que van a ser administrados a pacientes crónicos y jóvenes. Esto hace que los especialistas sean conscientes de que en la situación actual de crisis deben utilizarse con mucha responsabilidad.
En este sentido, el especialista Yago González Lama ha admitido que su papel debe ser ofrecer un tratamiento adecuado y que sea coste efectivo, porque "no todos los tratamientos son para todos".
Además, "los clínicos deben ser conscientes de lo que cuesta un tratamiento, debemos desempeñar un rol más importante en la administración de los recursos al decidir cómo usarlos, para no dejar sin tratamiento a los pacientes con una enfermedad más difícil de controlar y que por lo tanto más lo necesita".