MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Durante la pandemia, 1 de cada 5 niños ha reducido sus horas de sueño, según refleja la encuesta de Qustodio 'Centennials: el antes y el después de una generación marcada por el Covid-19', realizada a padres y madres con hijos de entre 7 y 15 años, y en la que han analizado cómo está afectando la nueva normalidad a los menores españoles y cuáles han sido las esferas de su vida en las que han sufrido mayores alteraciones, entre ellas, el sueño.
Según advierten desde Qustodio, los problemas de sueño en niños y adolescentes son muy comunes y, si no son tratados a tiempo, pueden ser condicionantes del bienestar y funcionamiento del cerebro de los menores, pudiendo derivar en insomnio crónico, cambios de conducta, cuestiones de desarrollo y problemas de salud como obesidad, diabetes o tensión arterial.
"La calidad del sueño es esencial para el desarrollo óptimo, tanto físico como mental, de los menores y es esencial promover una serie de hábitos que aseguren un sueño reparador" asegura la psicóloga experta en tecnología y familia de Qustodio, María Guerrero. "El aumento de horas en casa y la falta de socialización y actividad física en el exterior han provocado que haya un aumento de uso de las pantallas y son grandes responsables de este problema", añade.
Así, Guerrero advierte de que la incertidumbre, los terrores nocturnos, las pesadillas, los cambios en la rutina y el uso excesivo de las pantallas son algunas de las causas del desajuste del reloj cronobiológico de los menores y el motivo por el que las horas y la calidad del sueño se están viendo afectados.
En concreto, en lo que respecta al uso de nuevas tecnologías, en la actualidad, casi 3 de cada 10 niños cuenta con algún tipo de móvil u ordenador en su dormitorio y el 34 por ciento de las familias no establece un límite horario al uso de las pantallas, según sostienen desde Qustodio.
"Observamos que los menores cada vez sufren más complicaciones a la hora de conciliar el sueño y esto, en la mayoría de los casos, se debe a que las familias no han establecido una rutina sana", señala Guerrero. "Es importante apagar todas las pantallas una hora antes de acostarse, ya que la luz que sale de ellas engaña a nuestro cuerpo diciéndole que es de día y, por ese motivo, el cerebro no secreta melatonina, la hormona que permite el sueño", concluye la psicóloga.