MADRID 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
En torno al 10 por ciento de los niños de entre 5 y 15 años en España sufre enuresis, es decir una pérdida involuntaria de orina durante la noche y, aunque esta cifra que tiende a disminuir con la edad, se estima que puede afectar a cerca de un 7 por ciento de los niños mayores de 10 años, según indicaron hoy expertos de la Asociación de Familiares y Pacientes con Enuresis (AFYPen) y a la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Además, se estima que hasta el 70 por ciento de los niños con este trastorno no está aún diagnosticado. Ante esta situación, los especialistas consideran que muchos de los niños y sus familias que están sufriendo actualmente este problema no lo están controlando, lo que conlleva alargar este trastorno durante más tiempo de lo necesario.
La enuresis se puede prevenir y controlar, "el problema es que los padres no consultan sobre este problema con el médico", señaló el doctor Juan Carlos Ruiz de la Roja, médico asesor de AFYPen. "Muchas veces es por la vergüenza de decir que su hijo moja la cama o porque no le dan importancia; otros todavía castigan a los niños que mojan la cama y algunos piensan que el pañal es un buen remedio", advirtió, en el marco de la Feria Internacional de Salud Fisalud.
Sin embargo, estas soluciones sólo alargan y empeoran un problema que se podría controlar y prevenir si los padres estuvieran más sensibilizados por el tema y consultarán motivo. Los padres no lo comunican al médico, éste es nuestro grave problema", destaca el doctor Ruiz de la Roja
Por otra parte, la falta de tiempo en la familia y en el colegio favorecen un inadecuado entrenamiento vesical miccional y conlleva un retraso en la adquisición de un control miccional nocturno, y con ello la existencia de enuresis.
Este problema, de no ser controlado termina afectando a la autoestima, el estado emocional y el comportamiento social del niño.Así lo ponen de manifiesto los pediatras en el Libro Blanco de la Enuresis, donde se recoge que en niños de entre 8 y 16 años este trastorno es considerado el acontecimiento familiar más traumático tras el divorcio y las discusiones entre los padres.