MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España (CAARFE) ha apostado por "dar visibilidad" a las familias de las personas con trastorno adictivo, porque "no solo son parte del proceso de rehabilitación, sino porque también sufren las consecuencias de la misma y necesitan rehabilitarse junto con la persona que presenta una dependencia a la o las sustancias o a otros comportamientos adictivos".
Este y otros temas se abordarán en su IV Convención Nacional, que se celebrará hasta el domingo en Matalascañas (Huelva), con la reunión de más de 400 personas de 120 asociaciones de toda España. Al acto de inauguración, celebrado este jueves, ha asistido la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí; así como el diputado del Área de Bienestar Social de la Diputación de Huelva, Salvador Gómez de los Ángeles.
"Esta apuesta sigue, y es por ello que en esta ocasión se ha querido dar voz a los que posiblemente menos atención se les presta, a los hijos e hijas que viven en casa la adicción", ha explicado el presidente de la confederación, Ángel Jiménez.
Sobre esto se desarrolla el taller 'Soy menor. Mis padres son adictos. Ayúdame', impartido por la asesora técnica de CAARFE y abogada Carmen Godino. "Cuando una adicción llega a un hogar, el enfermo y sus familiares sufren sus consecuencias. Cada vez más, los colectivos de adictos y asociaciones de autoayuda, hacen visible su problemática, pidiendo ayuda y buscando soluciones. Pero hay unas voces que no se oyen: las de los menores", critica CAARFE.
"La adicción está relacionada en muchas ocasiones con causas de separación, órdenes de alejamiento, supresión de la patria potestad o visitas a los hijos, accidentes de tráfico. En ocasiones, los niños nacen con problemas de salud ocasionados por el consumo de alcohol o sustancias. Algunos desahucios o la ruina económica familiar se deben a
conductas ludópatas por parte de alguno de los progenitores. ¿Dónde está el sentir de esos niños?", se pregunta retóricamente Godino.
El objetivo del taller es dar presencia emocional a esos menores, intentar saber cómo pueden sentirse, cuáles pueden ser sus dudas, sus miedos y, sobre todo, cómo ayudarles cuando se ven envueltos en un mundo donde su padre o madre son enfermos adictos. "Es evidente que esto tiene una repercusión directa en los niños, que lo que suelen encontrar es una negligencia emocional muy importante. Se trata de una falta de apoyo y comunicación y sentir que no pueden confiar en sus padres. Muchos creen que los padres no les quieren o llegan a pensar que son ellos los culpables de la situación por portarse mal o por el simple hecho de haber nacido", aseguran.
Así, advierten de que si no se trabaja con ellos pueden aparecer psicopatologías como dificultades de autocontrol, déficit de atención, hiperactividad, impulsividad, agresividad, baja tolerancia a la frustración, síntomas depresivos, ansiedad, fobias, trastornos escolares, trastornos del sueño, trastornos del comportamiento, asma, enuresis (incontinencia urinaria), inmadurez afectiva, perfeccionismo, baja autoestima o dificultades en las relaciones interpersonales.
"Las repercusiones de la adicción paterna o materna sobre los hijos pueden ser enormes, aunque muchos padres y madres crean que sus hijos e hijas no se dan cuenta porque son pequeños. Hasta ellos captan que algo extraño sucede. Trabajar con ellos puede ayudar a prevenir que el patrón de conducta se repita de padres a hijos y nietos", concluyen desde CAARFE.