MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El doctor Carlos Suárez Fonseca, del Grupo de Urología de Mínima Invasión del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo, asegura que los resultados tempranos de la crioablación percutánea para tratar tumores renales muestran resultados favorables, con tasas de control local del 83% al 95%.
El cáncer de riñón representa entre el 2-3% de los tumores del adulto y ocupa el noveno puesto entre las neoplasias más frecuentes. Es ligeramente más frecuente en el varón y su incidencia aumenta con la edad, constituyendo el 2% de las muertes por cáncer, siendo el más letal de todos los tumores genitourinarios.
El único tratamiento curativo del Cáncer Renal cuando la neoplasia se encuentra localizada en el órgano es la cirugía radical o parcial (quitar el riñón completo o parte de él); el abordaje puede ser por cirugía abierta clásica, laparoscópica o mediante técnicas mínimamente invasivas ablativas, explica el doctor.
Las técnicas ablativas mínimamente invasivas permiten conservar el riñón tratando exclusivamente al tumor y están destinadas a pacientes con tumores renales pequeños, múltiples, pacientes con un solo riñón y pacientes con elevado riesgo quirúrgico que no podrían ser sometidos a tratamientos más agresivos. La crioterapia destaca sobre otras técnicas ablativas por sus mejores resultados oncológicos, señala.
Recientemente las técnicas ablativas mínimamente invasivas han emergido como una opción potencial de tratamiento para el carcinoma de células renales clínicamente localizado. La crioablación renal efectiva se ha conseguido mediante abordaje abierto y laparoscópico, así como por vía percutánea, guiada por técnica de imagen (ECO o TAC).
El procedimiento requiere de anestesia general y dependiendo de donde esté localizado el cáncer se puede realizar mediante laparoscopia 3D o mediante abordaje percutáneo (sin cirugía). En ambos casos la estancia hospitalaria es de 24 horas sin graves complicaciones.
La crioterapia en masas renales es un procedimiento prometedor, mínimamente invasivo, con una frecuencia baja de complicaciones y una opción válida de tratamiento en pacientes adecuadamente seleccionados, en los que es importante la conservación del riñón.