MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
El control adecuado de la anticoagulación en aquellos pacientes que requieren tratamientos anticoagulantes podría ahorrar hasta 150 millones de euros al año al Sistema Nacional de Salud (SNS) ya que evitaría problemas de salud más graves como el ictus, según ha expuesto la presidenta de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), Inmaculada Mediavilla, durante los 'Diálogos sobre anticoagulación' celebrados este jueves en el Congreso de los Diputados.
Actualmente un millón de personas necesitan tratamiento con anticoagulantes orales en España, pero muchas de ellas no tienen un seguimiento adecuado de su tratamiento, lo que puede derivar en diferentes complicaciones. Entre las causas clínicas más comunes que requieren tratamiento con anticoagulantes se encuentran la fibrilación auricular, la enfermedad tromboembólica y los pacientes con prótesis valvulares cardiacas.
"Los anticoagulantes actúan como terapia preventiva para evitar la formación de trombos y que no se diseminen y lleguen al cerebro provocando un ictus, la complicación más común", ha señalado la presidenta de la SECA.
Una de las patologías que pueden derivarse de los problemas de anticoagulación es el ictus, que es la segunda causa de muerte en España y la primera en las mujeres, por lo que la anticoagulación oral es clave para controlar los problemas de anticoagulación y evitar así problemas de salud más graves como el ictus y, según Inmaculada Mediavilla, "es el estándar de oro para tratar a estos pacientes y hacer una terapia preventiva".
Sin embargo, aunque la anticoagulación ha demostrado reducir casi en un tercio la mortalidad en pacientes con fibrilación auricular y evitar la aparición de más del 75 por ciento de los ictus en estos casos, el acceso a los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) no es equitativo en el Sistema Nacional de Salud y todavía está indicado como segunda opción de tratamiento.
La antivitamina K, conocida comúnmente como 'Sintrom', ha sido tradicionalmente el antagonista oral fundamental en la práctica anticoagulante pero no tiene un margen terapéutico amplio por lo que el buen control del tratamiento anticoagulante se hace más complicado ya que "pasarse por encima o por debajo tiene unas graves consecuencias" y "tienen que estar controlados con una periodicidad enorme", según ha explicado Inmaculada Mediavilla.
Por ello, los pacientes reclaman que los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) se sitúen como primera opción terapéutica para la fibrilación auricular no valvular. "Se crearon para superar las limitaciones de los otros porque proporcionan niveles estables de anticoagulación y no requieren esa monitorización permanente. Donde hay mayor impregnación de ACOD ha disminuido la tasa de ictus relacionada con fibrilación auricular", ha asegurado.
Además, estos anticoagulantes "proporcionan niveles predecibles, estables y fiables de anticoagulación, y sus requerimientos de monitorización no implican una pauta rutinaria y permanente".
Aunque el uso de ACOD ha aumentado en España superando el 50 por ciento, "este sigue estando muy por debajo de la media de otros países europeos, que superan más del 80 por ciento" porque, "en España, la prescripción de los ACODS está sujeta a visado de inspección".
A su vez, este criterio de gestión está basado en un Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) emitido en 2016, que limita su uso a tratamiento de segunda línea. No obstante, la vocal de la Comisión de Sanidad del grupo Parlamentario Socialista, Carmen Andrés, ha asegurado durante el debate que el Gobierno "ya está trabajando en una actualización de este IPT.
Estas restricciones también han llevado a inequidades entre comunidades autónomas ya que en algunas CCAA sí que se prescriben ACODS más rápidamente.
"Estamos hablando de nuevos medicamentos, seguridad y eficacia y tenemos que ir de la mano de los clínicos y la actualización de las vías clínicas porque en Sanidad si no estamos al día somos verdaderos analfabetos. Hay que revisar el IPT y eliminar el visado para la financiación de los ACOD, pero antes es necesario garantizar la accesibilidad. En los pacientes que necesitan tratamientos de anticoagulación necesitamos tomar medidas y actualizar el IPT porque en base a eso va a mejorar mucho la prescripción", ha apuntado por su parte la vicepresidenta segunda de la Comisión de Sanidad del G.P. Popular, Elvira Velasco.
PROPUESTAS DE MEJORA DE LA ATENCIÓN SANITARIA DEL PACIENTE ANTICOAGULADO
En este contexto, el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN), Rafael Martínez, ha solicitado a las administraciones y a los diferentes grupos parlamentarios "un compromiso real con la mejora de la calidad asistencial para los medicamentos anticoagulados", así como una garantía de "un acceso equitativo a los tratamientos necesarios".
Asimismo, entre sus peticiones ha resaltado la necesidad de potenciar el "autocontrol" de los tratamientos por parte de los pacientes, "igual que hacen las personas con diabetes", para lo que sería necesaria una mayor educación e información.
"Tenemos unos médicos excepcionales, un sistema sanitario que a pesar de sus deficiencias es potente y tenemos que aprovecharlo y muchas veces reforzar el autocontrol y el apoyo podría llevarnos a una situación más adecuada. Es importante contar con el paciente y los cuidadores expertos", ha declarado por su parte el portavoz de la Comisión de Sanidad de VOX, David García.
Durante el encuentro se han presentado las siete propuestas de mejora de la atención sanitaria del paciente anticoagulado elaboradas por FEASAN entre las que destacan: empoderar al paciente anticoagulado en el autocuidado priorizando su educación; facilitar la prescripción libre de los ACOD; instaurar sistemas de evaluación de la calidad del control; potenciar la digitalización de la gestión del Tratamiento Anticoagulante Oral; financiar la indicación de los Anticoagulantes de Acción Directa para los pacientes con enfermedad tromboembólica; y asegurar la formación continuada de la Atención Primaria.