MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un análisis de biopsia líquida en el drenaje que se extrae después de la cirugía, y que se desecha como desperdicio, podría ayudar a determinar la progresión del melanoma, según un estudio llevado ha cabo por científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en el 'Journal of Experimental Medicine', han confirmado que este fluido contiene biomarcadores que delatan la presencia de mutaciones específicas del melanoma y ayudan a identificar qué pacientes corren el riesgo de sufrir una recaída tras la operación quirúrgica.
Los próximos objetivos del equipo de investigadores serán comprobar si esta biopsia líquida podría hacerse de forma aún más sencilla, no en este fluido, sino directamente en sangre, y explorar el potencial de la técnica para ampliar su uso a otros tumores.
Cuanto más se conoce sobre la metástasis, más se descubre que es un proceso que los tumores primarios organizan a conciencia, enviando avanzadillas a otros órganos y preparando en ellos un entorno propicio en el que asentarse y seguir desarrollándose. Estas avanzadillas son las vesículas extracelulares, partículas que desprende el tumor primario y que preparan a otros órganos para que acojan a las células cancerosas.
"En este estudio hemos confirmado que, en pacientes de melanoma, podemos identificar al grupo de riesgo que tiene más probabilidades de experimentar una recaída, a partir de un análisis muy sensible y preciso de su seroma exudativo", ha explicado el director del estudio en el Grupo de Microambiente y Metástasis que dirige en el CNIO, Héctor Peinado.
El seroma exudativo es un fluido que se obtiene a partir del drenaje que se implanta a los pacientes tras la cirugía, y que normalmente se desecha. En este sentido, la biopsia líquida aplicada a dicho seroma ha delatado la presencia de vesículas extracelulares y ADN circulante que contienen mutaciones en el gen BRAF, las cuales están asociadas a una peor supervivencia en melanoma.
En torno al 40-60 por ciento de los melanomas muestran mutaciones en BRAF, y la más común de ellas (BRAF V600E), es la que han estudiado los investigadores en este trabajo. Además, se sabe que hasta el 50 por ciento de los pacientes experimentan una recaída tras la cirugía, pero hasta ahora no se sabía cómo identificar a quienes recaerán.
EL ANÁLISIS SE PODRÍA INCORPORAR YA EN LOS HOSPITALES
La biopsia líquida, que rastrea la presencia de células tumorales en el organismo mediante análisis de fluidos, es una técnica de detección novedosa con respecto a la tradicional, a la que complementa y con respecto a la que cuenta con dos grandes ventajas: por un lado, no es invasiva (la tradicional toma muestras del tejido del propio tumor); por otro, proporciona información en tiempo real sobre la progresión de la enfermedad.
Su implantación es relativamente reciente, si bien ha ido ganando solidez en los últimos cinco años y, desde hace tres, cada vez más estudios clínicos están demostrando su eficacia. El jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO abordó esta estrategia junto a Piotr Rutkowski, investigador del Instituto Maria Sklodowska-Curie de Polonia, y José Luis Rodríguez Peralto y Pablo Ortiz, del Hospital 12 de Octubre de Madrid, utilizando el seroma exudativo de pacientes de melanoma para identificar grupos de riesgo de recaída.
Peinado decidió explorar el potencial de la técnica mediante el análisis conjunto de vesículas extracelulares y ADN circulante, ADN del tumor que circula por los fluidos del organismo del paciente, ya que su objetivo principal no era saber qué fracción específica lleva las señales rastreables de melanoma, sino aumentar la sensibilidad del test.
Con los resultados en la mano, este análisis se podría incorporar ya en los hospitales. "Está realizada en colaboración con laboratorios de diagnóstico clínico y sería fácilmente aplicable en clínica. Solo haría falta recoger el seroma y establecer un protocolo para su recogida, almacenaje y análisis", ha recalcado Peinado.
Esta biopsia líquida es aplicable a otros tipos de cáncer, como mama y todos aquellos en los que al paciente se le realice una linfadenectomía, la extracción de los ganglios linfáticos para observar si hay presencia tumoral, y se le implante un drenaje tras la operación. Además, aunque este trabajo se ha centrado en el gen BRAF, se podría aplicar a otras pruebas para mutaciones en otros genes relacionadas con otros tumores.
Sin embargo, y como cada vez es más habitual someter a los pacientes a tratamientos en lugar de a cirugías, es de prever que el protocolo de analizar el seroma exudativo se utilice cada vez menos. Por ello, el grupo está evaluando la posibilidad de realizar la biopsia líquida directamente en plasma, a través de una muestra de sangre. "Todo parece indicar que se podrá, pero debemos confirmarlo con más investigación", ha zanjado el experto.