MADRID 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
La biopsia líquida es una técnica mínimamente invasiva que ayuda a conocer cómo es el tumor y qué alteraciones presenta para poder elegir la mejor terapia en cada caso. Además, "permite estudiar la evolución del tratamiento y de la propia enfermedad e incluso buscar mecanismos de resistencia a fármacos", ha explicado el doctor Federico Rojo, jefe de Servicio de Anatomía Patológica, director de la Unidad de Patología Molecular del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y coordinador del Grupo de Trabajo TransGEICAM.
Según señala experto, quien ha participado en el 11º Simposio Internacional del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, que este viernes concluye en Zaragoza, "los primeros datos nos indican que la utilidad de la biopsia líquida en las pacientes con cáncer de mama puede ser muy relevante, pero desafortunadamente este tipo de estudios son tecnológicamente complejos y con un coste importante, lo que está frenando su implementación en los centros españoles".
Respecto a la fase de la enfermedad en la que puede utilizarse, el doctor Isaac García-Murillas, especialista del Institute of Cancer Research de Londres, asegura que "el mayor potencial de la biopsia líquida no está en la fase avanzada de la enfermedad, sino en cánceres en fases iniciales, donde puede ayudarnos a monitorizar la enfermedad y ver cómo la paciente responde al tratamiento". En cuanto a su eficacia, tal y como indica este experto, "actualmente no sabemos por qué funciona tan óptimamente en algunos tumores sólidos, por lo que se necesita más investigación".
INMUNOTERAPIA EN CÁNCER DE MAMA
Proporcionar opciones terapéuticas que ayuden al sistema inmunitario del propio paciente a combatir el cáncer constituye una de las líneas punteras de investigación en oncología. En este sentido, han destacado el desarrollo de la inmunoterapia en diversos tumores, como melanoma, cáncer de vejiga o de pulmón.
En cambio, en cáncer de mama, los estudios con inmunoterapia se han ido realizando a un ritmo algo más lento al ir registrando durante este tiempo otro tipo de novedades relevantes que han beneficiado sobre todo a pacientes con receptores hormonales positivos (70% de los casos) y aquellas que sobre-expresan la proteína HER2 (15%); beneficio que no ha llegado, sin embargo, al resto, al denominado cáncer de mama triple negativo.
En ese sentido, como indica el doctor Luis de la Cruz, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena de Sevilla y coordinador del Grupo de Trabajo de Tumores Triple Negativos de GEICAM, es "positivo comprobar que los ensayos clínicos en marcha sugieren una tasa de respuesta del 18%, precisamente en el subgrupo de las pacientes con cáncer de mama triple negativo, que son las más necesitadas de nuevas opciones de tratamiento".
En cualquier caso, los expertos coinciden en que en inmunoterapia para el cáncer de mama hay mucho camino por recorrer. "En un principio, se debería utilizar, al menos en las fases iniciales, como un complemento a las terapias actuales disponibles. De todos modos, necesitamos más datos en cuanto a su mecanismo de acción para poder utilizarla como agente único", explica el doctor García-Murillas.
Como en el caso de la biopsia líquida, los avances en inmunoterapia pueden resultar más eficaces en las fases iniciales de la enfermedad. "Idealmente todas las terapias nuevas, y esto incluye la inmunoterapia, deberían aportar el máximo beneficio en fases iniciales. Las pacientes con enfermedad avanzada también se beneficiarían, pero deberíamos buscar la respuesta inmune en pacientes en las que la enfermedad secundaria no se ha desarrollado todavía y, por tanto, el objetivo es la curación", asegura el doctor García-Murillas.