MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
El oxígeno de alta presión (hiperbárico) resuelve las dificultades respiratorias graves en pacientes con COVID-19 mucho más rápidamente que la terapia estándar, al tardar una media de 3 en lugar de 9 días, revelan los resultados de un pequeño ensayo clínico comparativo publicado en línea en el 'Emergency Medicine Journal'.
Este método de administración de oxígeno es seguro y eficaz para tratar a pacientes muy enfermos de COVID-19, a lo que se añade que las cámaras hiperbáricas portátiles evitan la necesidad de trasladar a los pacientes a otro lugar, con lo que se frena el riesgo de propagación del virus, dicen los investigadores.
El tratamiento con oxígeno hiperbárico (HBO2) consiste en que los pacientes respiren oxígeno dentro de una cámara a una presión superior a la atmosférica a nivel del mar. Esta presión suele ser superior a 1,45 atmósferas absolutas (ATA). ero este nivel de presión tiene el potencial de empeorar la inflamación pulmonar y/o causar una acumulación de líquido potencialmente peligrosa (edema pulmonar) en los pulmones de los pacientes con COVID-19.
Los investigadores afirman que, si bien algunos estudios publicados anteriormente han sugerido que la OHB2 es un método seguro y eficaz para aliviar las dificultades respiratorias y la inflamación asociada en pacientes con COVID-19, se necesitan estudios bien diseñados para confirmarlo.
Para reforzar la base de pruebas, los investigadores querían analizar la seguridad y la eficacia de la OHB2 en pacientes con COVID-19 grave, y averiguar si reducía el riesgo de progresión hacia la dificultad respiratoria, la necesidad de ventilación mecánica y la muerte.
Cuarenta adultos con COVID-19 que habían ingresado en tres hospitales públicos diferentes de Buenos Aires (Argentina) con graves dificultades respiratorias fueron asignados aleatoriamente a recibir el tratamiento estándar más OHB2 o la OHB2 sola (a 1,45 ATA).
Ninguno había podido alcanzar una saturación de oxígeno del 90% a pesar de la suplementación de oxígeno. Esto se considera el porcentaje más bajo de oxígeno en la sangre. La edad media era de 55 años; dos tercios eran hombres.
El tratamiento estándar consistió en antibióticos (ceftriaxona 2 g/día y azitromicina 500 mg/día durante 7 días), dexametasona 8 mg/día, paracetamol 1 g cada 6 horas en caso de temperatura elevada y vigilancia de las complicaciones. El oxígeno se suministró con una máscara de depósito. El tratamiento con OHB2 consistió en 5 o más sesiones de 90 minutos cada una.
El análisis final se basó en 19 personas del grupo de HBO2 y 20 del grupo de comparación. El uso del tratamiento con OHB2, que fue de una media de 6 sesiones, no tuvo un efecto estadísticamente significativo en la incidencia del síndrome de dificultad respiratoria, la necesidad de ventilación mecánica o la muerte en los 30 días siguientes al ingreso.
Cuatro pacientes (3 en el grupo de comparación y 1 en el grupo de OHB2) desarrollaron un síndrome de dificultad respiratoria aguda o necesitaron ventilación mecánica. Y dos murieron, uno en cada grupo.
Pero la diferencia en la saturación de oxígeno antes y después del tratamiento fue significativa en la mayoría de las sesiones de OHB2, y mostró una mejora diaria inmediata y sucesiva, y a un ritmo más pronunciado, que en los que recibieron la terapia estándar.
El tiempo que se tardó en restablecer la respiración normal fue también más corto entre los tratados con OHB2: 3 días frente a 9 entre los que recibieron sólo la terapia estándar.
Los investigadores admiten que su estudio contó con un número reducido de pacientes relativamente jóvenes. Además, el hecho de que el estudio se detuviera pronto debido a su aparente éxito limitó su capacidad para evaluar otros resultados.
No obstante, escriben que sus hallazgos "sugieren que el suplemento de oxígeno mediante el tratamiento con HBO2 contribuyó a un aumento de la saturación de oxígeno en pacientes con COVID-19 con hipoxemia grave (dificultades respiratorias), sin efectos adversos significativos".
"Los casos de COVID-19 grave que necesitan ventilación mecánica tienen un alto riesgo de mortalidad --añaden--. Por lo tanto, se necesitan nuevas estrategias terapéuticas, y este estudio ofrece pruebas que apoyan el tratamiento con HBO2".
En su opinión, "este tratamiento podría estar fácilmente disponible en diversos entornos. Las cámaras hiperbáricas portátiles ofrecen un montaje rápido para evitar el traslado de los pacientes a otras áreas del hospital, atenuando el riesgo de transmisión del virus". Sin embargo, se necesitan ensayos más amplios para confirmar los efectos del tratamiento en la supervivencia, afirman.
En un editorial vinculado, el doctor John Kirkby, de la Universidad de Washington, advierte de que los pacientes no son necesariamente los típicos que ingresan en el hospital con COVID-19 y graves dificultades respiratorias.
Además, el hecho de que ninguno de ellos recibiera fármacos antivirales o preparados de anticuerpos monoclonales también podría sugerir que tenían una infección menos grave. La presión hiperbárica también era relativamente baja.
N o obstante, Kirkby concluye: "Mientras todos buscamos mejorar nuestras capacidades globales para combatir los efectos del COVID-19, este estudio demuestra el valor de buscar aprovechar al máximo los recursos disponibles para evaluar adecuadamente las modalidades de tratamiento novedosas, como un HBO2 de menor costo, portátil y de menor presión para lograr un impacto clínico en esta pandemia".