Pizá, sobre el desfalco en la Policlínica: "La gestión económica no era mi incumbencia, lo eran los enfermos"

Cristóbal Pizá, Policlínica Miramar
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 19 marzo 2013 11:41

El doctor Pablo Ramis tilda de "cerdo" a Cristóbal Pizá por atribuir los hechos a su exsocio fallecido, Miquel Dalmau


PALMA DE MALLORCA, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

El expropietario de la Policlínica Miramar Cristóbal Pizá, quien desde este lunes se sienta en el banquillo acusado de apropiarse -junto a su exsocio Miquel Dalmau, ya fallecido- de al menos 708.000 euros de los ingresos del centro, ha alegado que la gestión económica de la instalación sanitaria "no era mi incumbencia; mi incumbencia eran los enfermos", responsabilizando de las presuntas irregularidades al propio Dalmau, quien también fuera presidente del RCD Mallorca.

Durante el juicio que ha arrancado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares, Pizá, para quien la acusación particular, ejercida por el doctor Pablo Ramis, solicita cinco años de cárcel por un delito de apropiación indebida, ha insistido en que "nunca" ha llevado a cabo "ningún desfalco" como tampoco ha cobrado "dinero negro". "Sólo he cobrado por mi trabajo", ha espetado.

Sin embargo, durante su turno como testigo, Ramis ha llegado a aseverar que Pizá "se ha portado como un cerdo" por haber "denostado" a Dalmau y haberle inculpado "de todas las irregularidades". "Que cargue las tintas a su amigo muerto me ha afectado mucho", ha manifestado en su declaración ante el tribunal.

El querellante ha asegurado que no sólo Dalmau sino también Pizá eran quienes "se llevaban el dinero" de la Policlínica a través de una de sus sociedades, atribuyéndoles a ambos la asunción de las cuestiones económicas de la Policlínica, según le había comentado uno de los "gerentes históricos" de la Miramar, quien después de treinta años al frente del centro fue despedido en 2005 y le indicó que "tuviera cuidado con la contabilidad de la empresa".

A renglón seguido, el testigo ha apuntado que la actividad de Pizá en los asuntos médicos "era mínima" puesto que prácticamente llevaba la gestión diaria del centro.

Según la acusación, ejercida por el letrado Fernando Mateas en representación de Ramis, postula que tanto Pizá como Dalmau se pusieron de común acuerdo para apropiarse de estos fondos, procedentes de los ingresos médicos prestados por el departamento de medicina interna que dirigía Ramis.

Unas partidas que eran gestionadas por la Agrupación Médico Balear (Ameba), de la que depende la Policlínica Miramar y de la que Pizá, defendido por Gabriel Garcías, y Dalmau eran presidente y consejero, respectivamente. Una vez cobradas, señala el escrito, debían ser ingresadas en las cuentas del servicio de medicina interna aunque, en lugar de ello, fueron a parar al patrimonio de Ameba siguiendo "expresas instrucciones" de los dos imputados.

En este sentido, la acusación sostiene que, como consecuencia de "ciertas divergencias" surgidas en la gestión de la Policlínica, ambos decidieron desde septiembre de 2005 no ingresar en las cuentas las cantidades recibidas, sobre una facturación total de 1.480.400 euros, teniendo "contrastado y así reconocido cuando menos una apropiación de 708.009 euros".

No obstante, en su declaración Pizá ha negado que tuviera capacidad de gestión, si bien ha admitido que "podía vetar las decisiones de Dalmau, pero no lo hacía y me limitaba a actuar como médico". "No tenía tiempo para hacer otras cosas", ha añadido, recordando que su exsocio le llamó a su despacho para comunicarle que había dejado de pagar a Ramis porque había médicos que no habían cobrado y tenía que hacer "un pase de cuentas".

PIZÁ: "LE DIJE A DALMAU QUE HICIERA LO QUE QUISIERA, COMO SIEMPRE"

"Yo no lo consentí, sólo me di por enterado", ha precisado el acusado, quien, ha recordado, le dijo "que hiciera lo que quisiera como había hecho siempre". Así, ha incidido en que la decisión de suspender los pagos "fue absolutamente de Dalmau", a quien en 2005 se dirigieron algunos médicos "para quejarse de que no cobraban".

Por su parte, Ramis, quien ha recordado que era consejero delegado, vicepresidente segundo y apoderado de Ameba, ha señalado que "podíamos adoptar decisiones de índole económica" -Dalmau, Pizá y él- y que, en el caso de Pizá, "hubiera podido oponerse totalmente a la retención practicada por Dalmau". De hecho, ha señalado que "si no le hubiese apoyado, nunca Dalmau hubiera podido bloquear los pagos a mis sociedades".

RAMIS: "PIZÁ VA MAL VESTIDO A UN JUICIO CUANDO IBA CON TRAJE Y AUDI"

Tras definirse como "el socio molesto" de ambos exresponsables tras oponerse "a todos sus manejos", por lo cual "intentaron eliminarme por todos los conceptos", Ramis ha recriminado además que en un juicio anterior, celebrado por la vía civil, Pizá se presentase "mal vestido, con jersey y vaqueros, cuando a la Policlínica siempre iba con traje y corbata, y conduciendo un Audi de último modelo".

Antes de iniciarse los interrogatorios, el abogado del denunciante ha retirado su acusación contra Ameba, representaba por la letrada Isabel Fluxà, como responsable civil en el marco de este procedimiento.

OTROS TRES AÑOS DE CÁRCEL POR ALZAMIENTO DE BIENES

Cabe recordar que, en el marco de otra causa, la acusación particular ejercida por el actual máximo accionista de la Policlínica, Francisco Miralles, solicita tres años de cárcel para Pizá por un presunto delito de alzamiento de bienes en que habría incurrido en 2010 al deshacerse de dos inmuebles de su propiedad presuntamente para frustrar el pago de un millón de euros que adeudaba a Miralles.

En este caso, Pizá se escuda en que vendió ambas propiedades porque le urgía saldar deudas con la Banca March, y niega de este modo haber ocultado sus bienes con el ánimo de eludir los pagos a Miralles. Después de que éste interpusiera una demanda por estos hechos, el acusado procedió a vender un inmueble de Logroño por 121.260 euros a su mujer, Antònia Morro, y otro de Calvià por 87.545 a su suegra.