BARCELONA, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha realizado con éxito el segundo trasplante de cara de su historia, en este caso a un paciente afectado desde hacía 20 años por una deformación progresiva de los tejidos faciales, debido a un tumor vascular que le provocaba graves problemas de visión, habla y sangrados, "algo que ponía en riesgo su vida".
Un equipo multidisciplinar de 45 profesionales llevó a cabo en febrero la intervención, que ha sido presentada este lunes en rueda de prensa por el gerente del centro, Vicenç Martinez; la coordinadora de trasplantes, Teresa Pont, y el jefe del Servicio de Cirugía Plastica y Quemados, Joan Pere Barret.
La operación duró 27 horas y al paciente se le extirpó el tumor --"la parte más peligrosa de la intervención", según Barret-- y se le trasplantaron los dos tercios inferiores de la cara, el cuello, la boca, la lengua y la faringe, un trabajo que ha consolidado el centro como uno de los referentes mundiales.
Barret ha explicado que la operación era "extremadamente peligrosa y con un gran riesgo de muerte", teniendo en cuenta que la malformación que sufría el paciente tenía el comportamiento de un tumor agresivo y había conquistado buena parte de las arterias de la cara y el cuello, algo que provocaba abundantes sangrados.
El paciente, de nacionalidad española y que ha pedido que no se revele su identidad, había sido valorado en distintos hospitales internacionales, en los que se le había considerado inoperable por la peligrosidad que entrañaba: "Aquí contamos con un gran equipo y decidimos empezar a buscar activamente un donante para él hace dos años".
Se trata de la primera vez en el mundo que se extirpa una malformación masiva arteriovenosa, y representa el cuarto trasplante de cara del Estado, ha explicado Barret, que ha destacado que el paciente "se está recuperando muy bien, se encuentra en casa y ya puede hablar y deglutir, aunque todavía le queda una larga recuperación".
Ha destacado que "no hay que temer un rechazo grave", teniendo en cuenta que la cara no es un órgano vital y en caso de alguna reacción, como hinchazón o rojez, se puede controlar sin peligro para la vida del paciente.
DONANTE "INCONDICIONAL"
Pont ha explicado que el donante de la cara que se le ha trasplantado al paciente era "una persona generosa e incondicional, que lo dio todo a los demás hasta el final", y ha agradecido su altruismo.
Ha destacado que la extracción de los tejidos duró unas cuatro horas, y que la familia aceptó "que se le reconstruyera la cara con una mascarilla para el momento de la despedida".
Por su parte, Barret ha destacado que actualmente hay un paciente del Vall d'Hebron para el que se está buscando de forma activa un donante de cara, aunque ha admitido que es un proceso "complejo" porque se requiere el mismo grupo sanguíneo y unas características morfológicas específicas que permitan un correcto acoplamiento.
PRIMER TRASPLANTE EN 2010
Barret ha destacado que el equipo que ha operado al paciente ha sido el mismo del primer trasplante de cara del Vall d'Hebron, protagonizado por un joven con una deformidad grave causada por un traumatismo que le había dejado sin nariz ni fosas nasales, y le había malformado el maxilar superior e inferior, los pómulos, los labios, la boca y las partes blandas del rostro.
"Aquello nos dio experiencia y contamos ahora con un equipo excelente", algo que ha permitido operar al segundo paciente, que no había encontrado esperanzas en ningún otro centro --habían descartado operarlo en la Clínica Mayo y en el Hospital de Harvard, entre otros--.
En el mundo solo hay siete hospitales con programas activos de trasplante de cara, y Barrera ha celebrado que los dos pacientes que ha podido tratar "se reconozcan cuando se ven y puedan tener esperanzas de futuro".
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