Autofagia
IIBM
Actualizado: lunes, 13 febrero 2017 15:03

MADRID, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

Científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (IIBM), centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han descubierto que la autofagia podría proteger frente a la inflamación crónica de la retina durante el envejecimiento, por lo que podría convertirse en una posible diana terapéutica para el tratamiento de problemas oculares.

En concreto, en el trabajo que publica la revista 'Disease Models & Mechanisms' han estudiado los efectos asociados a la neuroinflamación y la autofagia que se producen durante el envejecimiento en la retina de ratones con deficiencia del gen Igf-1, un péptido con funciones neuroprotectoras en el sistema nervioso central.

Esta biomolécula también desempeña un papel importante en el crecimiento de las neuronas, así como en el mantenimiento de la plasticidad sináptica. De hecho, la resistencia al IGF-1 en el sistema nervioso central es la responsable de la pérdida de sus funciones neuroprotectoras en patologías tan importantes como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson.

En los últimos años se ha descubierto además que ratones deficientes en Igf1 --el gen que codifica IGF-1-- presentan hipoacusia congénita severa (pérdida del sentido del oído). Y más recientemente identificaron en estos ratones la pérdida de visión progresiva asociada a la edad, acompañada de alteraciones estructurales en las primeras sinapsis de la retina.

Las investigadoras pusieron así de manifiesto que las enfermedades crónicas de la retina, entre las que se incluye la retinopatía diabética, presentan un componente común de neuroinflamación y neurodegeneración.

Ahora, estas mismas investigadoras han estudiado las posibles causas de las alteraciones visuales de los ratones deficientes en Igf1 y han visto que estos ratones presentan una inflamación crónica en la retina, con una "importante activación de la microglía que se ve atenuada mediante la activación del flujo autofágico a los 6 meses de edad", explica Ángela Martínez Valverde, coautora del trabajo y perteneciente al Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM).

"Sin embargo, en ratones envejecidos de 12 meses de edad se produce un bloqueo de la autofagia que resulta en un aumento del número de autofagosomas en la retina. Este hecho, unido a otros procesos como la activación persistente de la microglía y del sistema inflamosoma, contribuye de manera importante a las alteraciones estructurales de la retina y a la pérdida de la función visual de los ratones deficientes en Igf1 durante el envejecimiento", añade Isabel Varela-Nieto, investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER).

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