MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La autoexploración testicular es una "práctica sencilla y fundamental" para la prevención y detección temprana del cáncer testicular, explica Manuel R. Bernal, enfermero experto en cuidados de la continencia urinaria-fecal y reeducación de suelo pélvico del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, quien recuerda que realizarla de forma regular permite conocer la anatomía de los testículos y detectar cualquier cambio o anomalía a tiempo.
El cáncer testicular es altamente curable si se detecta en etapas iniciales, y en "muchos de estos casos se detectan gracias a la autoexploración, por eso es tan importante", afirma el enfermero, quien ha protagonizado un vídeo divulgativo en Canal Enfermero sobre la autoexploración testicular paso a paso, un material que publica el Consejo General de Enfermería (CGE) en apoyo al movimiento 'Movember'.
El cáncer de testículos representa el 1% de los tumores en hombres adultos y el 5% de los cánceres urológicos y, según las estimaciones del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, en España, en el año 2024 la incidencia se situaba en 6 casos por cada 100.000 habitantes. Es un tipo de cáncer que afecta predominantemente a adolescentes y adultos jóvenes de 15 a 39 años, y a pesar de que su tasa de supervivencia se sitúa en casi el 96%, no se debe banalizar su diagnóstico.
El cáncer testicular tiene una alta tasa de curación, especialmente si se detecta a tiempo, pero el pronóstico depende en gran medida de en qué etapa se encuentre el cáncer en el momento del diagnóstico.
"Muchos hombres han crecido bajo la idea de que mostrar vulnerabilidad es sinónimo de debilidad. Así nos encontramos pacientes que rechazan la atención sanitaria por miedo o vergüenza y que viven guardando silencio emocional por temor al juicio. Si esto lo trasladamos específicamente a la salud sexual el impacto es aún mayor", explica Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
En estos términos, señala, "entra en juego el impacto en la identidad masculina, algo complejo de abordar tanto para el propio paciente, como para familiares y profesionales. Como enfermeras queremos apoyar este movimiento que se ofrece como una herramienta para romper tabúes sobre la salud del hombre, pero, sobre todo, para que los pacientes comprendan que comunicarse con su enfermera de referencia y tomar conciencia sobre la importancia de la prevención puede salvar su vida".
Con este objetivo, CGE se suma al movimiento 'Movember', un proyecto que nació con la idea de mejorar la salud masculina centrándose en la prevención del cáncer de próstata, testicular y en la promoción de un cuidado más consciente de la salud mental de los hombres. El movimiento, que se celebra cada mes de noviembre, invita a seguir la "orden del bigote", un símbolo a favor de la salud masculina que llama la atención y que promueve y visibiliza el contacto entre hombres para poner en común problemas de salud importantes.
CANCER DE PRÓSTATA: ACUDIR A REVISIONES A PARTIR DE LOS 45
La prevalencia del cáncer de próstata es muy elevada, siendo la primera causa de cáncer en los hombres. Cada año se registran 1,4 millones de casos en todo el mundo, tal y como indican los datos aportados por el movimiento 'Movember'. A pesar de su buen pronóstico en etapas iniciales, la clave para la detección temprana es la prevención, ya que en su estadio inicial no es una enfermedad que presente una sintomatología clara, pudiendo ser incluso asintomático.
Es fundamental que todos los varones mayores de 45 o 50 años realicen revisiones periódicas en urología. Esto permitirá detectar cualquier signo o anomalía en los inicios de la enfermedad facilitando una intervención oportuna.
"Las revisiones son muy sencillas y poco invasivas", asegura Carlos Lorenzo, presidente de la Asociación Española de Enfermería en Urología. Consisten en análisis de sangre, exámenes físicos, como el tacto rectal y pruebas de imagen en algunos casos. No obstante, algunos de los signos y síntomas urinarios que pueden sugerir problemas pueden ser dificultad para miccionar, urgencia urinaria o incontinencia o síntomas francamente alarmantes como la presencia de sangre en la orina o en el semen.
En la lucha contra el cáncer de próstata la prevención es la clave, por ello es importante tener en cuenta los factores de riesgo y hábitos que pueden provocar su aparición. "Para una buena prevención se deben evitar o moderar factores como el consumo excesivo de carnes rojas, alimentos procesados o grasas saturadas, factores corporales como el sobrepeso o la obesidad y el consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol y especialmente el tabaco", aconseja Lorenzo.
El papel de la enfermera en el abordaje de esta enfermedad es total, "abarca todo el proceso desde la prevención hasta la rehabilitación. Actuamos como agentes de salud, guía y nexo de unión con el sistema sanitario", asegura.
EL PAPEL DEL ENFERMERO EN LA SALUD MENTAL
El papel de la enfermería juega un rol fundamental ante el silencio entre hombres. "Existe un profundo componente social y psicológico que convierte a las revisiones médicas, como pueden ser las de próstata, en un tema tabú que genera en los varones pudor, incomodidad y resistencia", explica el médico, para quien los hombres se sienten violentados por su rol a someterse a revisiones periódicas y, por otro lado, por pruebas tan simples como el tacto rectal que "pueden ser percibidas para algunos hombres como una amenaza directa a su virilidad".
Aquí es donde "las enfermeras crean confianza desde la escucha activa, sin juicios y con empatía. Hacen preguntas abiertas, normalizan hablar de emociones y sexualidad, y acompañan desde la cercanía profesional, no desde el paternalismo", apunta Julio González, enfermero especialista en Salud Mental, quien recomienda fomentar grupos de apoyo entre hombres, integrar la educación emocional en la Atención Primaria, visibilizar referentes masculinos que hablen de salud mental y formar a profesionales en lenguaje inclusivo y no estigmatizante.