Asociaciones de pacientes realizan este jueves en Madrid pruebas gratuitas para evaluar el riesgo de enfermedad renal

Actualizado: jueves, 11 marzo 2010 18:40

MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Renal Iñigo Álvarez de Toledo (FRIAT) y la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales de Madrid (ALCER-Madrid) realizan este jueves, coincidiendo con el Día Mundial del Riñón, pruebas gratuitos para evaluar el riesgo de enfermedad renal a todos los ciudadanos que lo deseen en una carpa instalada en la Plaza Felipe II, de Madrid.

Hasta las 19.00 horas, expertos de estas dos organizaciones medirán la tensión arterial, valorarán la creatinina en sangre y evaluarán la función renal. No se medirá la glucosa por ser una prueba que debe efectuarse a primera hora de la mañana y en ayunas.

En 2009 se realizaron estas pruebas a cerca de 225 personas. De sus resultados, meramente orientativos, se extrae que el 60 por ciento de la muestra presentaba sobrepeso, un 10 por ciento tenía la tensión elevada y un 5 por ciento ofrecían cifras que podían inducir sospecha de una malfunción renal. A estos últimos se les recomendó ir al médico.

Bajo el lema 'Protege tus riñones, controla la diabetes', las iniciativas del Día Mundial del Riñón se centran este año en prevenir la diabetes, principal causa de enfermedad renal. Un 30 por ciento de diabéticos sufrirán una enfermedad renal grave.

Según la directora de FRIAT, Isabel Entero, la enfermedad renal es "una gran desconocida para la mayoría de las personas y es necesario lograr que esto deje de ser así y favorecer el diagnóstico precoz" ya que, inicialmente, este tipo de patologías "cursan sin ofrecer síntomas, por lo que afecta a mucha más gente de lo que cabría pensar".

Para la presidenta de ALCER-Madrid, Iluminada Martín-Crespo, "el objetivo de esta jornada es concienciar a la población española de que la enfermedad renal puede prevenirse, de que existen unos factores de riesgo --como la hipertensión arterial y la diabetes-- que, además de producir una accidente cardiovascular, pueden llevar a una insuficiencia renal crónica y, como consecuencia, a la necesidad de dializarse e incluso al trasplante".

La hipertensión arterial, la diabetes, la enfermedad vascular y la dislipemia, unidos al propio envejecimiento, son causas subyacentes de la enfermedad renal. Se estima que el 10 por ciento de la población adulta tiene algún tipo de daño renal y que el 4 por ciento presenta insuficiencia renal, es decir, una pérdida de la función renal que, cuando se cronifica, es permanente e irreversible.

El problema es que en su fase inicial, se trata de una enfermedad silenciosa, que cursa sin síntomas y que, por tanto, no se diagnostica. De hecho, se estima que en España hay 2,2 millones de personas que tienen algún tipo de daño renal y no lo saben y probablemente, no lleguen a saberlo hasta que los riñones comiencen a no ser capaces de cumplir con sus funciones depurativas, excretoras, reguladoras y endocrino-metabólicas.

Así, es importante saber que la presión arterial alta y la diabetes --sobre todo la diabetes tipo 2-- son las causas más frecuentes de enfermedad renal. La diabetes aumenta hasta en tres veces el riesgo de desarrollar insuficiencia renal. Los antecedentes familiares y el envejecimiento son otros factores de riesgo a tener en cuenta.

Las personas con insuficiencia renal grave deben recibir un trasplante de riñón o comenzar con un tratamiento de diálisis, normalmente a través de una máquina que limpia su sangre alrededor de tres veces a la semana. Las personas con insuficiencia renal tienen una probabilidad 10 veces mayor que los individuos sanos de morir de ataques al corazón o de accidentes cerebrovasculares.

Más de 500 millones de personas en todo el mundo --el 10% de la población adulta-- tiene algún tipo de daño renal. Más de 1,5 millones de personas permanecen actualmente en programa de diálisis o han recibido un trasplante. Se prevé que esta cifra se duplique en los próximos 10 años y que la diabetes se incremente en un 70 por ciento en 2025, hasta un total de 300 millones de personas. Además, casi 1.000 millones de personas en el mundo tienen la presión alta y ese número se espera aumentará a 1.500 millones en 2025.