La asistencia sanitaria pública en salud mental es "completamente insuficiente"

Actualizado: lunes, 21 marzo 2011 11:36

MADRID 21 Mar. (EUROPA PRESS) -

La asistencia sanitaria pública en salud mental es "completamente insuficiente", según advierte la presidenta del sector de Atención Especializada de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Mayte Lázaro, con motivo del IV Congreso Mundial sobre Salud Mental de la Mujer, que concluye este sábado en Madrid.

Esta realidad se hace evidente "sobre todo en la falta de personal de Psiquiatría y enfermería de salud mental", pero también en la distribución "no homogénea" de las redes de atención mental por comunidades autónomas y en las "carencias" de los aspectos psicosociales y de ayuda a la patología.

En este sentido, Lázaro, que también es psiquiatra del Hospital Quirón de Valencia, asegura a Europa Press que la atención a la patología de niños y adolescentes en España "está por debajo de la recomendación de la Unión Europea", en cuanto a la proporción del número de habitantes y los recursos existentes en materia de salud mental.

"El problema es que la urgencia de este tipo de enfermedades no se ve, pero las consecuencias a largo plazo son graves. Si no se trata de forma inmediata el pronóstico es bastante peor, ya que se cronifican", alerta la presidenta del sector de Atención Especializada del CESM.

De hecho, la enfermedad mental cuando no se trata o no se aborda adecuadamente puede tener repercusiones también a nivel físico y social. A este respecto, Lázaro asegura que "se incrementa la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos e incluso cáncer".

Además, puede tener "repercusiones negativas" sobre el desarrollo social y laboral de la persona, ya que, si no está bien tratada o su enfermedad se ha cronificado, se incrementa el número de bajas laborales y a nivel personal puede afectar a las relaciones íntimas e, incluso, ser causa de divorcio.

Por ello, la psiquiatra del Hospital Quirón de Valencia insiste en que el abordaje tiene que ser multidisplinar. "No debe ser sólo farmacológico, sino también debe abordarse al paciente a nivel terapéutico cognitivo conductual y se debe implicar a la familia para darles información sobre la enfermedad y su tratamiento".

LA FAMILIA DEBE SABER CÓMO AYUDAR

"Esto es especialmente importante -prosigue la experta- porque hay mucha confusión al respecto y, por ejemplo, lo más común es que a una mujer afectada por depresión mayor se le diga que lo que tiene que hacer es salir a divertirse y, por su enfermedad, lógicamente no es lo que en ese momento le apetece hacer y tampoco tiene una repercusión positiva sobre su patología. Lo más conveniente en este caso es que la familia ayude en la adherencia al tratamiento de la paciente".

Entre las patologías mentales más frecuentes en las mujeres destacan los trastornos de tipo afectivo y, por encima de todos ellos, la depresión, que se calcula afecta a un 20 por ciento de la población femenina, frente al 10 por ciento de prevalencia en los varones. De hecho, según Lázaro, "dos de cada tres mujeres van a sufrir un cuadro de depresión a lo largo de su vida".

Respecto a las razones de esta diferencia Lázaro destaca que "los factores biológicos se están dejando atrás" y que, hoy en día, se barajan argumentos psicosociales que explican esta desigualdad. "El rol que desempeña la mujer conlleva unos niveles de estrés elevados debido al número de responsabilidades a las que la mujer tiene que hacer frente: cuidado de los hijos, familiares, enfermos, etc; a las que además se suma la incorporación al mercado laboral".

En este sentido, la especialista en Psiquiatría hace hincapié sobre la repercusión negativa de determinadas jornadas laborales que, o bien, no dejan tiempo a la mujer para hacerse cargo de las cuestiones domésticas, o, por otro lado, son trabajos a turnos o nocturnos, que repercuten en la estabilidad emocional.

"La Organización Internacional del Trabajo ha puesto de manifiesto que por cada 15 años de trabajo nocturno se da un proceso de envejecimiento de unos 5 años, se incrementa por tres el número de divorcios y en un 40 por ciento la incidencia de trastornos cardiovasculares y digestivos", recuerda Lázaro.

Después, en segundo lugar se encuentran los trastornos de ansiedad, con una relación de 2 a 1 en comparación con los hombres. Y tras esta y con una diferencia bastante acusada se encuentran los trastornos alimenticios, que guardan una relación de 10 a 1 en comparación con los varones.

La mayor incidencia de las enfermedades relacionadas con la alimentación se debe, según Lázaro, al rol social de la mujer. "Hay un estereotipo físico que se le exige a la mujer para tener éxito social y laboral".