MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Johns Hopkins (Estados Unidos) instan a la comunidad médica a descartar una creencia muy extendida, pero sin respaldo científico, de que muchas personas transgénero y de género diverso (TGD) que se someten a cirugía de afirmación de género (GAS, por sus siglas en inglés) se arrepienten más tarde de su decisión.
Así se recoge en un artículo de opinión publicado en 'JAMA Surgery' firmado por Harry Barbee, profesor adjunto y científico social interdisciplinar de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins; Bashar Hassan, investigador posdoctoral en cirugía plástica y reconstructiva del Centro de Salud Transgénero y de Género Expansivo (CTH) de la Universidad Johns Hopkins, y Fan Liang, director médico del CTH y profesor adjunto de cirugía plástica y reparadora en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
En su artículo, los tres informan de las conclusiones de un estudio retrospectivo sobre la escasa cantidad de estudios basados en pruebas que abordan el arrepentimiento tras un GAS. También describen cómo la investigación, la atención sanitaria y las políticas públicas pueden orientarse mediante el uso de datos científicos para definir adecuadamente el arrepentimiento posquirúrgico --que actualmente se cree que es muy bajo-- con el fin de abordar las necesidades sanitarias en diversas poblaciones.
Entre las conclusiones de su revisión de la literatura médica disponible hasta la fecha, destaca, sobre todo, que menos del 1 por ciento de las personas TGD que reciben GAS informan de arrepentimiento, lo que parece drásticamente más bajo que las tasas de arrepentimiento quirúrgico entre las personas que son cisgénero.
Las diferencias en el arrepentimiento post-GAS entre las personas TGD y las cisgénero pueden estar relacionadas con las razones que cada grupo tiene para someterse a la cirugía (por ejemplo, la alineación de género frente al tratamiento del cáncer).
Esa reducción del arrepentimiento también puede deberse a la cuidadosa aplicación de las directrices multidisciplinares basadas en la evidencia y las normas de atención para las personas TGD, como el requisito de un historial bien documentado de disforia de género --sensación de discordancia entre el sexo biológico y la identidad de género--.
La evaluación precisa de la satisfacción y el arrepentimiento de los pacientes tras la SGA sigue siendo un reto importante. Para mejorar la evaluación y la comprensión del arrepentimiento tras el SGA, los investigadores recomiendan utilizar 'Gender-Q', una prometedora medida de resultados "específica y exhaustiva" comunicada por el paciente que actualmente está siendo sometida a pruebas de campo y validación internacionales.
Otro de los consejos pasa por evaluar el arrepentimiento post-GAS no antes de un año después de la cirugía, para superar cualquier sesgo. También instan a incorporar evaluaciones de referencia de los factores que pueden influir en el arrepentimiento, como la edad, la raza, el nivel educativo y la calidad de vida.
Finalmente, recomiendan una investigación "más matizada" del arrepentimiento post-GAS que podría descubrir oportunidades para mejorar las políticas públicas y, en consecuencia, la salud a largo plazo de la población que se identifica como TGD.