ZARAGOZA 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Presidencia del Gobierno de Aragón, Eva Almunia, ha confirmado este viernes, en la sesión de control al Ejecutivo en las Cortes de Aragón, que se están retirando "con absoluta normalidad" los símbolos religiosos en los centros que corresponden a las áreas de Educación, Servicios Sociales y Sanidad en la Comunidad autónoma.
Almunia ha contestado así a una pregunta formulada por el diputado del grupo parlamentario de CHA, Chesús Yuste, sobre la actuación del Gobierno aragonés en los últimos seis meses en pro de la laicidad institucional en la Comunidad.
La consejera ha asegurado que el Ejecutivo está cumpliendo la proposición no de ley presentada por CHA y aprobada en las Cortes en mayo por la que se instaba a avanzar en la laicidad en la Comunidad y "han pasado seis meses y se han hecho cosas".
Así, "con carácter general, en Educación, Servicios Sociales y Sanidad los espacios públicos están exentos de símbolos religiosos", ha remarcado, para observar que "se ha hecho con absoluta normalidad y sin dificultad en centros educativos, hospitales, residencias y centros de salud".
No obstante, "reconozco que no es sencillo y es absolutamente imposible cumplir ese texto en siete meses, pero este Gobierno está dispuesto a llevar a cabo la PNL", si bien que otras instituciones también caminen en esa dirección dependerá de sus propias decisiones, ha apuntado Almunia.
En todo caso, ha incidido en que en los actos del Gobierno autónomo se está cumpliendo y, como ejemplo, ha explicado que "me sorprendió cuando hace dos meses el consejero Velasco y yo tomamos posesión y sólo estaba la Constitución y el Estatuto de Autonomía".
"GESTOS DE NEUTRALIDAD"
Por su parte, el diputado de CHA, Chesús Yuste, ha exigido conocer los resultados concretos y ha recordado que su proposición reclamaba que las Cortes dieran cuenta del acuerdo a otras instituciones "para que en espacios públicos se desarrollaran acciones tendentes a la aconfesionalidad".
Yuste ha reclamado "gestos de neutralidad" a los poderes públicos, al entender que "los comportamientos de los responsables públicos son un espejo" para los ciudadanos, por lo que no se deberían "identificar con creencias religiosas que merecen todo el respeto, pero que deben mantenerse en el ámbito de lo privado y no en la esfera de lo público", ha concluido.