Los anticuerpos podrían ser un nuevo tratamiento para el TOC

Lavarse las manos, mania, TOC
Lavarse las manos, mania, TOC - PIXABAY/GENTLE07 - Archivo
Publicado: viernes, 24 abril 2020 18:40

MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -

Científicos de la Universidad Queen Mary de Londres y de la Universidad de Roehampton (Reino Unido) han descubierto que los pacientes que sufren de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) tienen mayores niveles de una proteína llamada inmunomodulina (Imood) en sus linfocitos, un tipo de célula inmune.

También han evidenciado que los ratones con altos niveles de esta proteína muestran comportamientos característicos de la ansiedad y el estrés, como cavar y arreglarse excesivamente. Cuando los investigadores trataron a los ratones con un anticuerpo que neutralizó la Imood, los niveles de ansiedad de los animales disminuyeron.

Los hallazgos, publicados en la revista 'Brain, Behavior and Immunity', han llevado a los investigadores a presentar una solicitud de patente para el anticuerpo y ahora están trabajando con una compañía farmacéutica para desarrollar un posible tratamiento para pacientes humanos.

"Cada vez hay más pruebas de que el sistema inmunológico desempeña un papel importante en los trastornos mentales. Y de hecho se sabe que las personas con enfermedades autoinmunes tienen tasas más altas que el promedio de trastornos de salud mental como la ansiedad, la depresión y el TOC". Nuestros hallazgos cambian mucho el pensamiento convencional de que los trastornos de salud mental son causados únicamente por el sistema nervioso central", explica el líder de la investigación, Fulvio D'Acquisto.

Este investigador identificó por primera vez la proteína Imood por casualidad mientras estudiaba una proteína diferente llamada Annexin-A1 y el papel que desempeña en las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y el lupus. Había creado ratones transgénicos para sobreexpresar esta proteína en sus células T, una de las principales células responsables del desarrollo de enfermedades autoinmunes, pero descubrió que los ratones mostraban más ansiedad de lo normal.

Cuando él y su equipo analizaron los genes expresados en las células T de los animales, descubrieron que un gen en particular era especialmente activo. La proteína producida por este gen fue lo que finalmente llamaron Inmuno-módulo, o Imood. Cuando los ratones ansiosos recibieron un anticuerpo que bloqueaba la Imood, su comportamiento volvió a la normalidad en un par de días.

Los investigadores examinaron las células inmunes de 23 pacientes con TOC y 20 voluntarios sanos. Encontraron que la expresión de Imood era alrededor de seis veces más alta en los pacientes con TOC. Otras investigaciones recientes realizadas por otro científicos han encontrado que la misma proteína también puede jugar un papel en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

D'Acquisto cree que Imood no regula directamente las funciones cerebrales de una manera clásica, por ejemplo cambiando los niveles de señales químicas en las neuronas. En su lugar, puede influir en los genes de las células cerebrales que se han relacionado con trastornos mentales como el TOC.

"Este es un trabajo que todavía tenemos que hacer para entender el papel de Imood. También queremos hacer más trabajo con muestras más grandes de pacientes para ver si podemos replicar lo que vimos en el pequeño número que vimos en nuestro estudio", reflexiona. Mientras tanto, está trabajando con la compañía biofarmacéutica UCB para desarrollar anticuerpos contra Imood que puedan ser usados en humanos y para entender cómo podría usarse para tratar a pacientes con trastornos mentales.

"Es todavía pronto, pero el descubrimiento de anticuerpos, en lugar de los clásicos fármacos químicos, para el tratamiento de los trastornos mentales podría cambiar radicalmente la vida de estos pacientes, ya que prevemos una menor probabilidad de que se produzcan efectos secundarios", concluye D'Acquisto, quien estima que podrían pasar hasta cinco años antes de que un tratamiento pueda ser llevado a ensayos clínicos.