SEVILLA, 16 May. (EUROPA PRESS) -
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha admitido que "a finales del pasado año" se paralizó la producción de las tarjetas sanitarias que este organismo dispensa a sus pacientes, llave para acceder a funciones como el de la receta electrónica y evitar el que los enfermos crónicos tengan que desplazarse hasta su médico sólo para recoger sus tratamientos de larga duración, si bien desde el SAS han asegurado que el problema está ya prácticamente solventado.
Fuentes del SAS consultadas por Europa Press han aclarado que este paralización en la emisión de nuevas tarjetas se debió a la "adaptación técnica al nuevo chip que llevan incorporadas estas tarjetas "para hacerlas nuevamente compatibles con el desarrollo de los sistemas andaluces de historia digital (Diraya), receta electrónica (Receta XXI) y el cambio en el certificado digital".
Según han explicado, dicha nueva adaptación se debió a los cambios que previamente hiciera la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en el certificado de firma electrónica que incluye este chip de la tarjeta sanitaria.
"Esta adaptación supuso un retraso en la producción y envío de las tarjetas, aunque el retraso acumulado en 2010 ya se ha solventado, hasta el punto de que ya se han fabricado en lo que va de 2011 un total de 277.226 tarjetas y se prevé que, con el ritmo de producción actual, en un mes la producción de las tarjetas esté completamente al día", han resaltado en este sentido las citadas fuentes.
Además, han resaltado a Europa Press que con la producción actual que está realizando el nuevo fabricante --la empresa Grama--, "a un ritmo de unas 200.000 tarjetas al mes, estimamos que incluso se reduzcan los tiempos de espera de recepción de la tarjeta, de 15 días a una semana", han subrayado.
El rotativo ABC de Sevilla ha publicado este lunes que el SAS ha reconocido que desde hace meses están pendientes de entregar casi 200.000 tarjetas del SAS, que tienen un microchip con todos los datos de los pacientes y que son imprescindibles para acceder a la receta electrónica, lo que evita acudir semanal o quincenalmente al médico de cabecera para tratamientos de larga duración.