SEVILLA 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Profesionales del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba han empleado por primera vez en un centro español la cirugía radioguiada con yodo 131 para la localización y eliminación de la recurrencia en cáncer de tiroides, un uso de este procedimiento --la cirugía orientada con este trazador-- que aunque es habitual en otras enfermedades, hasta ahora no se había descrito su aplicación en la patología tumoral tiroidea.
Además, y según la literatura científica consultada por los especialistas del hospital cordobés, no se tiene constancia del uso de este marcador para intervenir el cáncer de tiroides a nivel mundial, aunque sí otros productos, como es el caso del yodo 123.
La primera paciente que se ha beneficiado de esta aplicación evoluciona satisfactoriamente y el empleo de la nueva técnica ha ayudado a la extirpación completa de la lesión y a que sea mejor su postoperatorio. Se trata de una mujer de 64 años con diagnóstico de cáncer diferencial de tiroides desde hace ya 15 años.
La enfermedad remitió, pero hace cinco años volvieron a aparecer restos tiroideos que se trataron con yodo radiactivo sin conseguir una respuesta completa.
USADA EN CASOS MUY ESPECIALES
La técnica se emplea en casos muy especiales y cuando el tratamiento convencional no es suficiente. En este hospital se diagnostica anualmente alrededor de un centenar de cánceres de tiroides, de los que solo unos 5 ó 6 no responden al tratamiento tradicional con yodo radiactivo.
Las principales ventajas de realizar esta cirugía guiada se relaciona con una menor agresión quirúrgica, ya que al conocer con precisión la ubicación del tumor se puede eliminar perfectamente a través de una pequeña incisión.
El tiempo que se emplea en la cirugía también se reduce, el enfermo tiene un mejor postoperatorio y además resulta más fácil el acceso al tumor en estas personas que suelen presentar fibrosis considerable a nivel del cuello por intervenciones previas.
PASOS DE LA INTERVENCIÓN
En primer lugar, a la paciente se le inyectaron dos dosis de una hormona que favorece la captación del yodo (TSH recombinante). A continuación, recibió una dosis baja de yodo radiactivo por vía oral y se le realizó una gammagrafría especial conocida como SPET/CT para conocer la localización exacta del tumor.
El siguiente paso fue trasladar a la enferma al quirófano para extirpar la lesión con la ayuda de la sonda de detección intraoperatoria, que detecta la actividad radiactiva del yodo. Puesto que este isótopo --el yodo-- se aloja en el tumor, resulta fácil su completa resección. Una vez que se extrae la lesión, se comprueba que, efectivamente, no queda ninguna actividad radiactiva en el cuello del paciente, señal de que el tumor se ha erradicado.
El cáncer de tiroides, que se sitúa como el tumor endocrino más común y representa el uno por ciento de los tumores detectados, aparece generalmente como nódulos en el cuello que en la mayoría de los casos no son cancerosos. El yodo radiactivo se emplea en su diagnóstico y también como tratamiento.