MADRID, 4 Mar. (INFOSALUS) -
Durante la infancia la actividad física ejerce un efecto importante en el desarrollo psicológico y físico del niño. No hay ninguna duda en que los niños y adolescentes, de forma general, deben practicar actividad física de moderada a vigorosa al menos una hora diaria durante cinco días a la semana.
Un nuevo estudio nos da las claves para fomentar la actividad física o el deporte. Según se desprende de la investigación, los niños que son físicamente activos con un amigo pueden lograr más que aquellos que realizan ejercicio con uno de los padres o por consejo de ellos.
Ésta es la principal conclusión que plantea un nuevo estudio que se presenta en las sesiones científicas de 2015 sobre epidemiología y estilo de vida de la Asociación Americana del Corazón. Esto sugiere que un enfoque de igual a igual puede ser una manera eficaz para aumentar la actividad física entre los niños.
"Especulamos que la red social de amistades es cada vez más importante para influir en los comportamientos de los niños a medida que crecen", afirma Jessica Graus Woo, autora principal del estudio y profesora asociada de Pediatría en el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati, en Cincinnati, Ohio, Estados Unidos.
"Tener amigos físicamente activos puede hacer que sea más fácil para los niños obesos implicarse en la práctica de ejercicio y reducir las barreras percibidas para hacerlo, mientras que tener una familia físicamente activa puede no ser tan inspirador", añade esta experta.
La actividad física regular es la clave para controlar el peso, tanto para niños como adultos, pero se sabe poco acerca de si los niños y los adolescentes ven los beneficios o las barreras para realizar el ejercicio que necesitan. El tema es crítico, ya que aproximadamente uno de cada tres niños y adolescentes estadounidenses tiene sobrepeso o es obeso, lo que los pone en riesgo de tener presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y enfermedades del corazón, según la Asociación Americana del Corazón.
Los investigadores entrevistaron a 104 niños, niñas y adolescentes como parte del estudio 'Biorepository of Environment, Activity and Nutrition to Prevent Obesity-related Disorders' (BEANPOD), pidiendo sus opiniones sobre los beneficios y las barreras de la actividad física. Entre los participantes, el 74 por ciento eran mujeres, el 47 por cierto, blancos y la edad media fue de 12,5 años.
Todos los participantes clasificaron diez beneficios potenciales de la actividad física y 15 posibles barreras y se tomó nota de la medida en la que la familia y los amigos se involucran con ellos, les animan a realizar actividad física pero no la hacen con ellos y la cantidad de tiempo dedicado a la práctica de deportes cada semana. El estudio no abordó las actividades que hacen los niños.
Las barreras más citadas comúnmente fueron que se sienten cohibidos (29 por ciento); no disfrutan (22 por ciento); su mal estado de salud (22 por ciento); la falta de auto disciplina (21 por ciento); y la falta de energía (21 por ciento).
El estímulo familiar era alto, con un 78 por ciento, pero los amigos que practican actividades físicas con los menores y la familia estaban muy por debajo, entre el 36 y el 48 por ciento.
La implicación de un amigo en la realización de actividad física se asociación con una disminución en las barreras percibidas a la hora de hacer deporte, como la falta de interés, la energía, el disfrute, la equipación, la habilidad, la salud y el conocimiento, donde la participación de la familia o el estímulo familiar para practicar ejercicio no tienen este efecto.
ES NECESARIA MÁS INVESTIGACIÓN
Los niños mayores de 12 años eran más propensos a citar la falta de tiempo, falta de disfrute y el miedo de las lesiones que los más pequeños. También tendían más a reconocer el valor de la actividad física para reducir el riesgo de enfermedades.
Entre los que señalaron que los amigos nunca o casi nunca eran físicamente activos con ellos, el 38 por ciento estaba en la categoría más alta de actividad física, pero si los amigos se unían para realizar ejercicio con ellos, el 76 por ciento afirmó estar en la categoría más alta de actividad física.
Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos, pero los investigadores no se sorprendieron al ver que los amigos que son físicamente activos juntos pueden hacer que la actividad física sea más divertida y, por lo tanto, reducir las barreras.
"Clínicamente, gran parte de la atención en el aumento de la actividad física implica involucrar a la familia y alentar al paciente a ser más activo, pero este estudio sugiere que la estimulación puede no ser suficiente --apunta Woo--. Los médicos también deben considerar cómo conseguir que los niños sean activos con sus amigos".