MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con espasticidad reclaman un alivio duradero de sus síntomas, según los resultados de una encuesta internacional que pone de manifiesto las cargas ocultas del trastorno y que Ipsen ha presentado hoy en el congreso 'TOXINS' de la Asociación Internacional de Neurotoxinas, celebrado en Copenhague (Dinamarca).
La encuesta, realizada a 615 pacientes de 6 países participantes, confirma que la espasticidad tiene un gran impacto en la capacidad para desarrollar tareas cotidianas como llevar objetos, caminar o conducir, y, en general, reduce su independencia.
Los datos también revelan que este trastorno afecta a la capacidad de trabajar (un 22% de los pacientes encuestados no trabaja), a su vida sexual y a su autoestima. Para el 94 por ciento de los participantes, la satisfacción con su vida mejora con el tratamiento con toxina botulínica tipo A (BoNT-A, por sus siglas en inglés), que bloquea la transmisión neuromuscular.
Con una prevalencia de 12 millones de personas en todo el mundo, esta una de las patologías más comunes e incapacitantes asociadas a enfermedades neurológicas en adultos (accidente cerebrovascular, lesiones cerebrales traumáticas, entre otras), y se caracteriza por un incremento anormal del tono muscular o rigidez muscular.
Tal y como ha afirmado el vicepresidente ejecutivo, director científico y de I+D de Ipsen, Alexandre Lebeaut, la espasticidad "no es siempre el primer síntoma que se trata en adultos o niños con una lesión en el sistema nervioso central", pero tiene "impacto profundo y crónico en aspectos fundamentales de la vida cotidiana de los pacientes y de sus cuidadores". Para él, la diferencia de una buena atención al paciente radica en ofrecerles el acceso a tratamientos efectivos para controlar los síntomas y mejorar su calidad de vida.
La encuesta se realizó junto con Carenity y también expone los problemas prácticos relacionados con la espasticidad y su tratamiento. La mayoría de los pacientes (78%) tienen que ausentarse del trabajo. Además, el tratamiento representa una carga económica para ellos. Asimismo, 9 de cada 10 desean tener largos periodos sin síntomas, esperando que esto tenga un impacto positivo en su calidad de vida.
Durante 'TOXINS 2019' se ha presentado un análisis provisional de 'ULIS-III5', un estudio de fase IV sobre la consecución de objetivos de tratamiento centrados en el paciente en adultos con espasticidad en extremidades superiores tras el tratamiento con BoNT-A.
El consultor senior de Medicina Física y Rehabilitación, y jefe del departamento de neurorrehabilitación de adultos en el Centro de Medicina de Rehabilitación de Alcoito, en Portugal, ha destacado que estos estudios "proporcionan a los médicos una valiosa información sobre los pacientes", lo que permite "no solo considerar la carga de la espasticidad en su conjunto, sino también replantear el tratamiento para mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores".