MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de profesionales de los servicios de urgencias y emergencias sanitarias extrahospitalarias que sufren algún tipo de agresión física o verbal, tanto de los pacientes como de sus acompañantes, acaban sufriendo síntomas del estrés postraumático meses después, según los resultados de un estudio realizado con trabajadores del SUMMA112 de la Comunidad de Madrid.
El trabajo, dirigido por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), incluyó a 358 médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias de este servicios que habían sufrido algún tipo de agresión durante su actividad. Hasta el 89 por ciento presentó posteriormente síntomas de estrés postraumático, y los más frecuentes fueron los recuerdos repetitivos de lo ocurrido.
Los resultados aparecen publicados en la revista 'Journal of Interpersonal Violence' y los autores aseguran de que se trata del primer trabajo realizado en España sobre las agresiones que sufren los profesionales de urgencias extrahospitalarias, aquellas que se practican fuera de los recintos hospitalarios, como son los domicilios, la vía urbana y los Servicios de Urgencias de Atención Primaria.
La mayoría de los participantes tenía un contrato de trabajo estable y una media de experiencia de 18 años. El 63,7 por ciento eran hombres, el 36,3 por ciento mujeres y la media de edad era de 44 años.
LA AGRESIÓN, UN "ASPECTO MÁS DE SU TRABAJO"
El 34,5 por ciento había sufrido algún tipo de agresión física, el 76,2 por ciento había sido objeto de insultos o calumnias, lo que hace que se considere "un aspecto más de su trabajo", según ha reconocido Mónica Bernaldo de Quirós, profesora de la facultad de Psicología de la UCM e investigadora principal del proyecto, financiado por la Fundación Mapfre.
Mediante cuestionarios, los profesionales detallaron las agresiones que habían sufrido trabajando, indicando su grado de gravedad. El 34,2 por ciento había recibido tanto agresiones físicas como verbales. Las amenazas, insultos y comportamientos desafiantes fueron las que más angustia originaron, en un 85 por ciento de los casos.
Los participantes respondieron también a una escala de evaluación de estrés postraumático donde se evaluaban los síntomas y se determinaba si sufrían o no el trastorno.
SÓLO EL 2% DESARROLLA EL TRASTORNO
Así, los síntomas más comunes fueron recuerdos angustiosos y repetitivos de lo ocurrido, especialmente si la agresión se había vivido con miedo, horror e indefensión. Aunque la mayoría presentó síntomas, el trastorno solo lo desarrolló el 2,2 por ciento.
"Según el estudio, el desarrollo de un trastorno de estrés postraumático parecía estar relacionado con la percepción de severidad. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las agresione s físicas no eran graves", ha señalado la investigadora de la UCM.
Los autores no han encontrado ningún perfil que se asocie a un mayor riesgo de padecer la patología. Y aunque reconocen que los datos no se pueden extrapolar a todos los servicios de urgencia extrahospitalarios españoles, aseguran sí son un indicador de lo que sucede en este ámbito.
"El SUMMA 112 es el mayor servicio de urgencias extrahospitalarias de Europa y uno de los mayores a nivel mundial, por lo que puede ser un buen indicativo de la problemática existente en este sector", afirma Bernaldo de Quirós.
Los autores alertan de que, a pesar de los registros de agresiones y protocolos de actuación que existen en varias comunidades autónomas, la mayor parte de las agresiones no son denunciadas por no ser consideradas graves. "La atención psicológica a los profesionales es prácticamente inexistente", denuncian.