MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
La tecnología influye en el modo de relacionarse, tanto fuera como dentro del entorno familiar, ha recordado la neuropsicóloga infantil del Hospital Quirónsalud San José (Madrid), la doctora Paloma Méndez de Miguel, que ha alertado de que "aunque no se puede generalizar, estos nuevos hábitos" pueden condicionar la vida familiar en particular y propiciar opciones de entretenimiento más sedentarias y solitarias.
En concreto, la doctora Méndez ha puntualizado que si hay un abuso en el tiempo que se dedica a estas tecnologías, se interfiere en la calidad de la relación, fomenta la incomunicación, la intolerancia al aburrimiento y, en muchas ocasiones, genera o intensifica los conflictos cada vez que se trata de limitar o interrumpir su uso.
Los hijos tienden a mimetizar el comportamiento de los padres en cuanto al uso de estos dispositivos, por lo que, si los modelos familiares hacen un uso inadecuado de la tecnología, es más fácil que los hijos repitan este comportamiento, además de que resultará más complicado tratar de limitar algo que los padres no son capaces de autolimitarse.
La presión social también influye en el uso y el abuso. "Cada vez se conectan desde una edad más temprana porque parece que si no lo hacen acabarán marginados. Sería necesario hacer más campañas de concienciación a los padres, mostrando que los niños tienen que relacionarse en el parque, en las casas o llamar por teléfono si no entienden algo del colegio y que el móvil es una herramienta a utilizar a partir de la adolescencia y con horario limitado", ha explicado la experta. Cuanto más pequeños sean los niños más fácil será que acepten un límite para ellos distinto al de los padres.
RECOMENDACIONES
Lo primero que hay que hacer, según la doctora Méndez, es un ejercicio observación del propio comportamiento, que padres e hijos sean conscientes de los hábitos de la casa respecto a la tecnología.
Asimismo, establecer un horario puede ser beneficioso, pues al no estar pendiente del móvil y no dividir la atención serán más eficientes en lo que estén haciendo y favorecerá la disminución de estrés.
Por otro lado, es aconsejable que los teléfonos estén silenciados cuando estemos en casa, y que a la hora de realizar actividades compartidas, como comer o ver una película, estén fuera del alcance para evitar cogerlo e interferir en la comunicación familiar.
No obstante, si se retira una opción de entretenimiento hay que generar alternativas de ocio individual y conjunto. En ocasiones, los niños no saben qué hacer si se les aparta de la tecnología y "es importante" que tengan recursos distintos a los tecnológicos, ha concluido la doctora Méndez.