MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Durante las vacaciones hay que tomar más precauciones al haber más probabilidades de sufrir diarreas por las alteraciones de las rutinas, sobre todo en los niños, o por viajar a países con unas condiciones higiénicas inadecuadas, según informan los especialistas.
En verano son más frecuentes estas molestias intestinales por consumir alimentos perecederos que no están bien refrigerados, que han roto la cadena de frío o se han manipulado incorrectamente. Además, las altas temperaturas son un incentivo para que las bacterias alteren el equilibrio del ecosistema intestinal y inoculen gérmenes en los alimentos. Por ello, es recomendable cubrir los alimentos y mantenerlos en la nevera hasta el momento de cocinarlos y, una vez hechos, no deben de permanecer más de 30 minutos a temperatura ambiente.
La diarrea presenta otros síntomas como cólicos, dolor en el abdomen o deshidratación, siendo este último el más grave al dejar al organismo sin suficiente líquido para que funcione correctamente. Los niños son más vulnerables a desarrollar diarrea aguda infantil, por ello, es recomendable una buena rehidratación y el mantenimiento de la nutrición. Además, puede complementarse con suero oral, ya que contiene los nutrientes necesarios en las proporciones adecuadas y realizar una dieta normal, sin forzar el apetito.
La 'diarrea del viajero' es una molestia frecuente que se desarrolla porque gérmenes desconocimos entran en contacto con el organismo y alteran el equilibrio del ecosistema intestinal. Suele aparecer a los 2 o 3 días de la llegada a otro país, especialmente si son zonas económicamente desfavorecidas o con escasas condiciones higiénicas.
CONSEJOS PARA HACER FRENTE A LA 'DIARREA DEL VIAJERO'
Una de las causas más habituales es la ingesta de agua no potable o alimentos contaminados, por lo que es recomendable tomar probióticos para mejorar y reparar la salud gastrointestinal. Otro consejo para evitar este tipo de diarrea es tener unas condiciones higiénicas favorables, como lavarse las manos, mantener el suelo limpio, etc. Es necesario tomar precauciones con los productos lácteos, helados y zumos. Además, es importante no compartir cubiertos y vasos y beber solo agua y bebidas embotelladas sin añadir hielo.
Hay que evitar bebidas o alimentos de vendedores ambulantes, no tomar productos crudos ni salsas y cocinarlo muy bien para matar a las bacterias. Las personas con riesgo de infecciones deben hablar con su médico antes de viajar y llevar en la maleta un botiquín de viaje con un probiótico.
Si a pesar de estos consejos aparece la diarrea hay que beber abundante líquido, de ocho a diez vasos al día. Asimismo, hay que evitar el consumo de leche en diarreas de moderadas a intensas y no automedicarse con antidiarreicos, ya que la infección puede empeorar con su uso. Es recomendable consumir alimentos ricos en potasio y seguir una dieta blanda para proteger al estómago y mejorar la absorción de agua.
Durante los primeros días no hay que tomar frutas frescas ni verduras crudas o cocidas. Además, es aconsejable evitar el café, alcohol, bebidas gaseosas, comidas ricas en grasa, legumbres, cereales con fibra, frutos secos, etc. Hay que tomar pequeñas porciones varias veces al día para detener el funcionamiento acelerado de los intestinos y facilitar la digestión. También es importante comer despacio y masticar bien los alimentos, además de reposar adecuadamente.
Por último, si la diarrea se prolonga más de cuatro días, es aconsejable acudir al médico para evitar consecuencias más graves en el organismo, según advierten los especialistas.