MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 90 por ciento de las personas con disfagia orofaríngea no se alimenta bien al no tener estar diagnosticadas, según se ha puesto de manifiesto durante un encuentro organizado por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) con motivo de la celebración del Día Mundial de la Disfagia.
Más de dos millones de españoles sufren disfagia orofaríngea, un trastorno de la deglución que afecta a casi un tercio de los mayores de 65 años y que es una secuela habitual tras un accidente cerebrovascular (ictus) o en personas con enfermedad de Parkinson.
"Es una patología que no se suele conoce y de la que casi nadie habla a pesar de que afecta a muchas personas y que puede provocar la muerte", ha advertido la miembro de la Comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la SEORL-CCC, Magdalena Pérez Ortín.
En concreto, tal y como ha detallado, la disfagia la padecen casi el 60 por ciento de los pacientes ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI); entre el 16 y el 30 por ciento de los mayores de 65 años; es la principal causa de muerte de los pacientes neurológicos crónicos; y afecta a todos los enfermos con enfermedades neurológicas degenerativas.
"La disfagia puede originar desnutrición y deshidratación, si bien afortunadamente en los últimos años se está empezando a hablar de ella", ha recalcado el también miembro de la Comisión de Laringología, Voz, Foniatría y Deglución de la SEORL-CCC, Pedro Cabrera.
Dicho esto, el experto ha subrayado el papel de la rehabilitación de los pacientes con disfagia, en el que juega un papel importancia la figura del logopeda. "No hay una pastilla para tratar la disfagia, sino que es un trabajo duro y requiere ir adaptándose, por lo que es muy importante el trabajo multidisciplinar", ha enfatizado la logopeda Cristina Fillola Centellas, para avisar de que se necesitan más logopedas en los hospitales.
Finalmente, la 'tiktoker' Nuria Jord ha narrado su experiencia como paciente con disfagia, destacando las dificultades que tiene a la hora de comer y ensalzando la labor de los logopedas en el abordaje de la enfermedad. "Estuve desde durante cuatro meses sin logopeda y cuando acudí vi un cambio brutal desde la primera semana, pero ya me han dicho que es un proceso muy largo y que habrá alimentos que nunca más podrás volver a comer", ha asegurado.
