MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
El volumen de pruebas de imagen médica se ha incrementado sustancialmente en los servicios de urgencias, de hecho el 90 por ciento de los pacientes que acuden a este servisio se somete a una prueba de imagen médica, según datos de la Sociedad Española de Radiología de Urgencias (SERAU), sección de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM).
El motivo, según explica la doctora Milagros Martí, presidenta de la SERAU, es que los pacientes presentan mayores complicaciones diagnósticas a causa del envejecimiento y la cronicidad. "Su tipología es cada vez más compleja: son pacientes más mayores y enfermos crónicos que presentan una reagudización de su patología, una complicación urgente o una patología intercurrente, es decir, una enfermedad que sobreviene en el curso de otra y que se añade al problema que ya tienen", señala.
En su opinión, esta situación hace que la presión asistencial sea cada vez más alta y obliga, prácticamente, a elaborar en cada visita a urgencias una nueva historia clínica. "Cada vez es menos frecuente que un paciente vaya a urgencias con una perforación o un cólico nefrítico 'simple' y, sin embargo, cada vez más habitual que acuda con una neoplasia subyacente o complicada asociada a esa misma patología", señala como ejemplo.
La experta destaca que el trabajo multidisciplinar, entre médicos de urgencias y radiólogos, permite acortar la estancia hospitalaria de los pacientes que, tras una primera prueba de imagen, no presentan ningún hallazgo patológico.
Por ejemplo, una persona mayor que ha sufrido un traumatismo de alta energía como puede ser un accidente de tráfico, puede ser dada de alta en 3 ó 4 horas si su escáner y su exploración clínica son normales; mientras que si no se le hace la prueba, el protocolo recomienda que esté, al menos, 24 horas en observación.
En el caso de que las pruebas de imagen muestren una patología, se pueden iniciar los tratamientos más adecuados de manera más rápida, lo que constituye un importante beneficio para el paciente y una disminución de los costes hospitalarios.
La doctora Martí concluye que en la radiología de urgencias "se atiende a los pacientes más graves, más difíciles y más complejos, pero, afortunadamente, el trabajo conjunto de clínicos y radiólogos nos permite salvar vidas, miembros y tejido cerebral".