La desconfianza, el miedo a la falta de confidencialidad y las barreras burocráticas hacen que estos jóvenes no visiten al médico
MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
El 80 por ciento de los adolescentes de entre 14 y 16 años tienen dificultades para poder acceder a los servicios sanitarios, debido a que la actual organización sanitaria de España "rompe" la continuidad de la atención pediátrica a esas edades, haciendo que estos pacientes tengan que ser atendidos por médicos de familia o servicios de medicina interna donde, normalmente, la atención que se ofrece es para "procesos aislados".
Así lo ha comentado este miércoles, la presidenta de la Sociedad Española de Medicina del Adolescente (SEMA), Inés Hidalgo, durante una jornada organizada para reivindicar la figura de este especialista en el cuidado del menor de entre 14 y 18 años.
"El adolescente ha sido hasta hace pocos años el gran ausente en la cartera de servicios de los centros de Atención Primaria. Los médicos son conscientes de la necesidad de las revisiones periódicas hasta los 14 años, pero a partir de esa edad existe un completo vacío en una época de grandes riesgos. Además, a pesar de que en los últimos años ha aumentado la concienciación, siguen faltando profesionales con formación y experiencia para que la atención sea adecuada y coordinada", ha comentado la experta.
A su juicio, para ampliar la cobertura pediátrica hasta los 18 años, tal y como ocurre en el resto de la Unión Europea, no sería necesario aumentar los recursos sanitarios sino, ha apostillado, "racionalizar" la asistencia actual. En este sentido, ha recordado que la adolescencia es un periodo de "muchos cambios, riesgos y de una gran vulnerabilidad" y ha destacado la necesidad de "estructurar y coordinar" la atención a esta edad, mediante programas de prevención, asistenciales y planes de actuación adecuados a sus necesidades.
CAMBIOS EN EL PERFIL DEL ADOLESCENTE
Ahora bien, en los últimos años, el perfil del adolescente ha cambiado de forma "radical", y actualmente son consumidores de moda y tecnología, y tienen nuevas formas de ocio y entretenimiento. La cultura del ocio, hedonismo y egocentrismo ha sustituido al esfuerzo personal y su comportamiento en casa ha cambiado.
Además, el tamaño y la estructura de los hogares se ha modificado ya que las personas viven más, tienen menos hijos y más tardíos y se ha reducido el tamaño de las familias. Los padres son "más permisivos" y han proliferado nuevos modelos familiares como los monoparentales o los unipersonales. Del mismo modo, hay una aceleración secular en la aparición de la pubertad, la menarquia en las chicas en estos momentos irrumpe a los 12,5 años, y se adelanta un mes por cada década.
"Esta evolución, provocada por una mejor alimentación, menos infecciones y mejores cuidados sanitarios, provoca, como consecuencia, una madurez precoz, y la irrupción de la patología ginecológica a edades más tempranas", ha comentado el pediatra de la Unidad del Adolescente del Hospital Universitario de La Paz, José Casas.
TRASTORNOS ADOLESCENTES
Asimismo, existen trastornos específicos y muy variados de la etapa adolescente y que requieren de un "gran arsenal" de recursos. Entre las patologías más frecuentes en esta etapa, el doctor Casas ha destacado las derivadas de las conductas de riesgo propias de esta edad, los temas de sexualidad, las alteraciones ginecológicas relacionadas con la primera menstruación de las chicas, los trastornos del comportamiento alimentario, la violencia y los problemas de abuso de tóxicos entre otros.
"Nos encontramos también con muchos casos del llamado trastorno del 'adolescente cansado', un síndrome habitual a esa edad que provoca que el menor no tenga fuerzas para afrontar el día a día. Es importante descartar que exista alguna enfermedad que justifique el cansancio bien física o mental o descartar un síndrome de fatiga crónica. A ello se suman los trastornos de sueño, provocados por un retraso de fase fisiológico en la secrección de melatonina, es decir, retrasan la hora de acostarse y se levantan más tarde", ha apostillado el experto.
Durante la fase adolescente se detectan, además, algunos de los síntomas de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que pasaron desapercibidos durante la infancia y que, de no diagnosticarse a tiempo, puede provocar otros trastornos como el alcoholismo, depresión, o la adicción al tabaco.
"La adolescencia es una edad frontera entre la infancia y la edad adulta, en gran medida ignorada desde el punto de vista sanitario, y por eso es necesario reconocer la especialidad de Medicina del Adolescente, ya que son estos profesionales los mejor formados para abordar los problemas y comportamientos de los jóvenes. Son ellos, con sus conocimientos en distintas áreas como psiquiatría, psicología, endocrinología y sociología, los que garantizan una correcta atención", ha comentado el vicepresidente primero de la Asociación Española de Pediatría, Antonio Nieto.
Por último, los especialistas han coincidido en señalar la necesidad de que se aumente la edad pediátrica de los 14 años actuales a los 18, coincidiendo con la mayoría de edad al igual que sucede en los países del entorno.