En el 85 por ciento de los casos las agresiones fueron perpetradas por los pacientes
MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 64 por ciento de los médicos españoles ha sufrido amenazas, coacciones e insultos, mientras que un 11 por ciento ha sido víctima de agresiones físicas y un 5 por ciento las ha sufrido en más de una ocasión, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Zaragoza y publicado en el 'International Journal of Occupational and Environmental Health'.
Además, según muestra el estudio, en el 85 por ciento de los casos las agresiones fueron perpetradas por los pacientes, aunque este porcentaje es más bajo en el servicio de Urgencias donde un 27,3 por ciento de los agresores resultan ser los acompañantes del paciente. Asimismo, se observa que un 21 por ciento los agresores están afectados por un trastorno psíquico o deterioro cognitivo y en un 5,7 por ciento se encontraban bajo los efectos de alcohol o de drogas.
En cuanto a los motivos de la agresión, en un 58 por ciento de los casos estuvo relacionada con el tiempo de espera, seguido de discordancias en la concesión de la baja (15%) o en la prescripción de medicamentos (10%).
Asimismo, las cifras de altercados son superiores en los grandes hospitales que en los centros pequeños, y alcanzan valores muy elevados en servicios como Urgencias y Psiquiatría. "Los datos muestran la verdadera dimensión de una violencia que está infradenunciada", explica Santiago Gascón, autor principal del estudio.
El estudio se realizó a 1.845 participantes, un 64,2 por ciento eran mujeres y un 35,8 por ciento hombres, y la media de edad fue de 42,8 años. Asimismo, un 33,5 por ciento de los consultados eran médicos, un 47,5 por ciento profesionales de enfermería, un 7,9 por ciento de personal de administración, y el resto personal técnico, directivos y celadores.
NO HAY DENUNCIAS
Los datos contrastan con el hecho de que sólo ocho profesionales de este estudio denunciaran la agresión sufrida, mientras que no hubo ninguna denuncia por episodios de amenazas o insultos. No obstante, advierte de que "se quejan de que en la legislación de las distintas comunidades no se dedique la misma atención a los derechos del profesional que a los derechos del paciente".
Además, cuestionan que "entre las obligaciones figure que deben mostrar respeto hacia las instalaciones y objetos de los centros, pero no se dedique ni una línea a observar respeto a la dignidad de quien le atiende", añade Gascón.
"La realidad es que existe una violencia menos grave, insidiosa y continua de agresiones físicas, de comportamientos amenazantes y de agresiones verbales que no se denuncian por considerarse de menor importancia, pero que pueden perjudicar la salud de los profesionales y la calidad asistencial", explica.
"Teniendo en cuenta que la proporción de mujeres en el medio sanitario suele superar el 60 por ciento, no se observó relación entre las agresiones físicas y el hecho de que el agredido fuera hombre o mujer; pero sí para en la variable amenazas, con un claro predominio de víctimas de sexo masculino y de mayor grado jerárquico", apunta el investigador.