MADRID 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de los músicos presentan algún problema auditivo, según datos de un estudio realizado por el Observatorio de Prevención Auditiva para los Músicos (OPAM) que, además, muestran que estos trabajadores se pueden llegar a exponer entre 2,5 y 8 horas diarias a sonidos que superan los 80 decibelios o, incluso, los 110 decibelios.
Estos niveles, tal y como ha advertido la OPAM, pueden ser perjudiciales para la salud de los oídos si no se toman las medidas de precaución necesarias. De hecho, un 17 por ciento de los músicos presenta pérdidas auditivas importantes y pueden, incluso, necesitar la adaptación de audífonos, aunque, tal y como ha desvelado el estudio, sólo 1 de cada 4 músicos utiliza tapones o algún otro tipo de protección.
Por ello, y con motivo de la celebración del Día de la Música, el Observatorio de Prevención Auditiva para los Músicos (OPAM), integrado por Mutua Intercomarcal, Prevint, GAES y la ESMUC, ha alertado a los profesionales de la música de los peligros que puede tener para su salud auditiva la sobreexposición a altos niveles sonoros.
En este sentido, ha informado de que la mejor protección ante la sobreexposición a sonidos elevados son los tapones que permiten atenuar el ruido pero que, a la vez, permiten a los músicos una audición totalmente nítida y precisa en todas las frecuencias. El uso de este tipo de protecciones puede reducir entre 15 y 25 decibelios el sonido.
"Los avances tecnológicos en esta área de la audiología han permitido crear protecciones muy sofisticadas que protegen de los ruidos que pueden ser agresivos para el oído, como los protectores electrónicos adaptativos que se ajustan automáticamente a los cambios de nivel del sonido de la música, pero a la vez permiten tener una audición nítida y precisa, para que los músicos puedan desarrollar correctamente su trabajo", ha explicado el especialista en protección auditiva de GAES, Mery Reina.
Ahora bien, además de la pérdida auditiva, un 25 por ciento de los músicos analizados por el OPAM han presentado también otros trastornos auditivos como, por ejemplo, hiperacusia o intolerancia a sonidos de un nivel normal pero que el oído percibe como muy elevados o incluso dolorosos; acúfenos, unos molestos silbatos; o diploacusia, distorsión de la frecuencia o percepción de un ruido de forma diferente en cada oído.
Por otra parte, los expertos han recomendado no acercarse a los amplificadores en exceso durante los conciertos o guardar una hora de reposo auditivo por cada hora de ensayo. "Como colectivo con un alto riesgo de sufrir problemas auditivos, es recomendable revisar periódicamente la audición y visitar a un especialista ante algún síntoma que nos pueda alertar de un posible trastorno auditivo", han recalcado.