MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Hasta un 40 por ciento de los casos de hipoacusias severas y profundas son candidatas a implante coclear, según la OMS quien sitúa la incidencia de esta patología en 5 de cada 100 recién nacidos vivos, es decir, 1.890 niños al año nacen con algún grado.
En España, existen cerca de 14.500 personas con implante coclear, de las que un 60 por ciento son adultos, según la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE).
"La llegada del implante coclear ha permitido que desde edades tempranas se puedan corregir las discapacidades auditivas graves o profundas, lo que ha favorecido un mejor desarrollo del lenguaje, y de la capacidad comunicativa y cognitiva de los niños", ha explicado el presidente de la Comisión de Otoneurología de la SEORL-CCC, doctor Luis Lassaletta.
Según los últimos resultados de un estudio realizado en Australia desde hace once años, y publicados este mes en la revista 'Otology & Neurotology', los niños con pérdida de audición profunda que reciben un implante coclear antes de los 12 meses de edad obtienen mejores puntuaciones en la adquisición del lenguaje y la producción del habla que aquellos a los que se les puso a edades más avanzadas.
La generalización de las pruebas de detección precoz de la sordera en los recién nacidos y el desarrollo de los implantes cocleares han logrado que, en España, cada vez haya menos personas sordas y sin capacidad para desarrollar el lenguaje, sordomudez. La SEORL destaca la importancia del diagnóstico temprano de la hipoacusia en el nacimiento, para poder escoger la mejor solución lo antes posible y reducir al máximo los riesgos sobre el aprendizaje lingüístico.
DETECCIÓN PRECOZ
"Las personas que mejor beneficio pueden obtener de ellos son, por un lado, los recién nacidos sordos y, por otro, aquellas personas que una vez adquirido el lenguaje llevan poco tiempo con hipoacusia severa o profunda", ha afirmado el doctor Lassaletta.
La detección precoz, tanto en niños como en adultos, "es por tanto fundamental para conseguir un rendimiento óptimo del implante coclear y que el paciente le pueda sacar todo el partido posible. Así, en el caso de los recién nacidos, "lo ideal es detectar la pérdida de audición antes de los tres meses para poder iniciar un tratamiento adecuado a los seis", ha explicado.
Un diagnóstico tardío puede provocar un acceso incompleto al lenguaje oral, así como un retraso en el desarrollo del pensamiento lógico y racional, de la memoria, capacidad lectora, el aprendizaje, y en definitiva, en el desarrollo de su personalidad.
Para evitarlo, "es importante que se apliquen los programas de cribado neonatal en todos los hospitales según el criterio de la Comisión para la Detección Precoz de la Hipoacusia (CODEPEH)", ha advertido.
Por otro lado, conviene prestar atención a signos que pueden hacer sospechar la existencia de algún grado de hipoacusia, como la falta de atención a los ruidos intensos o a los estímulos de la voz, o un retraso en el aprendizaje del habla y la expresión al cumplir el año.
En la edad adulta, también es importante "la detección precoz de la llamada presbiacusia, la pérdida progresiva de la audición que puede producirse a partir de los 60 años, para poder escoger la mejor solución a cada caso", según ha explicado el especialista.
En estos casos, "hay que explicar a los pacientes que la edad no es un inconveniente para decidirse por el implante coclear, pues, si el paciente es candidato y existe motivación, éstos pueden mejorar la discriminación auditiva, la comunicación e integración social, así como su ánimo y salud mental", ha concluido.
Hay casos de implantes cocleares en personas de más de 80 años con resultados similares a los realizados en pacientes más jóvenes.
PRIMERA CIRUGÍA
La primera cirugía del implante coclear en España se realizó en Barcelona en 1985. A día de hoy, un total de 40 centros médicos repartidos por toda la geografía española realizan este tipo de intervenciones, según datos de AICE.
Un implante coclear es "un dispositivo que se coloca quirúrgicamente en el oído de personas con hipoacusia severa o profunda y que no se benefician del uso de audífonos", ha indicado el doctor Lassaletta.
Transforman la señal acústica en una señal eléctrica y se encargan de transmitir dicho estímulo transformado desde la cóclea hasta las terminaciones nerviosas del nervio auditivo.
"De esta manera, proporcionan al paciente implantado una representación del sonido similar a la que tendría con una cóclea sana, a diferencia del audífono que amplifica el sonido exterior", ha señalado el experto.
La mayoría de las personas portadoras de un implante coclear pueden mantener una conversación con normalidad, en muchos casos hablar por teléfono e incluso, en algunos, percibir y disfrutar la música.