El 30% de los pacientes en unidades de críticos presentan un cuadro de sepsis y, de ellos, el 45% fallece en un año

Archivo - UVI, UCI, cuidados intensivos, paciente intubado
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Publicado: lunes, 26 junio 2023 18:19


MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

En torno al 30 por ciento de los pacientes en unidades de críticos presentan un cuadro de sepsis, una respuesta extrema del cuerpo ante una infección; de ellos, el 50 por ciento presenta además disfunción o insuficiencia renal y un 45 por ciento fallecen en el plazo de un año, según han recordado los expertos reunidos en las jornadas organizadas por Baxter Acute Iberian Meeting 'Vanguardia en Terapias de Depuración Extracorpórea, más allá de la Terapia de reemplazo Renal Continua'.

El shock séptico refractario sigue siendo la primera causa de fallecimiento en UCI y un desafío para los médicos intensivistas. En estos casos y en otros, como los desequilibrios iónicos graves o la acidosis metabólica graves, las terapias de depuración extracorpórea resultan esenciales para ayudar a la supervivencia del paciente.

Ante este contexto, médicos intensivistas de toda España han tenido la oportunidad de debatir sobre el uso de estas terapias en dicho encuentro, que se ha desarrollado con tres objetivos fundamentales: mostrar la evidencia científica más actual en el uso de las terapias, especialmente su función moduladora de la respuesta inflamatoria sistémica a la infección grave y otras agresiones; optimizar el uso de las terapias continuas de reemplazo renal, especialmente la anticoagulación del circuito extracorpóreo con citrato; y demostrar la importancia de las habilidades no técnicas, como el liderazgo, comunicación, trabajo en equipo, priorización de tareas-, mediante dos ejercicios prácticos de simulación clínica avanzada.

Como explica el doctor Álvaro Castellanos, jefe del Servicio de Medicina Intensiva Hospital Universitario La Fe de Valencia, las terapias de depuración extracorpóreas son técnicas en las cuales la sangre o plasma de un individuo se extrae del cuerpo, dirigiéndose hacia un filtro externo con una membrana que actúa como una depuradora que eliminará sustancias tóxicas o no deseables.

Las tres terapias más comunes son la hemodiálisis, la plasmaféresis y la hemofiltración. "No existen alternativas terapéuticas (moléculas o fármacos) que permitan eliminar sustancias tóxicas o productos de desecho y garantizar un correcto nivel de líquidos y electrolitos en el cuerpo, por ello, es fundamental para los profesionales de salud mantenerse a la vanguardia en el manejo de estas terapias".

BENEFICIOS Y RIESGOS ASOCIADOS CON LA TERAPIA DE DEPURACIÓN EXTRACORPÓREA

La doctora M Jesús Broch, jefa Clínica del Servicio de Medicina Intensiva Hospital Universitario La Fe de Valencia, comenta que las terapias de depuración extracorpórea son más seguras, pero advierte de que también tiene riesgos.

Por ello, ha defendido la necesidad de que la decisión de utilizar esta terapia sea tomada por médicos especializados, teniendo en cuenta la situación clínica y las necesidades individuales de cada paciente, adoptando todas las precauciones necesarias para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios.

La eliminación de toxinas y productos de desecho, la capacidad de restablecer los niveles adecuados de electrolitos como el sodio, potasio, calcio y fósforo, que son esenciales para el normal funcionamiento del organismo, y el control de los líquidos, son solo algunos de los beneficios que estas terapias pueden ofrecer al paciente.

Entre los riesgos, están los relacionados con los accesos vasculares --infecciones en el sitio de inserción, obstrucciones, hemorragias o trombosis--, y la pérdida de sustancias valiosas, como nutrientes esenciales, vitaminas y antibióticos cuyas dosis deben adecuarse en este tratamiento.

CÓMO DETERMINAR SI UN PACIENTE ES UN CANDIDATO ADECUADO

Decidir cuándo y con quién se utilizan estas terapias es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los intensivistas y es también una de las principales líneas de investigación en este campo, junto con el uso de estas técnicas para "modular la respuesta inflamatoria sistémica a la infección grave y otras agresiones basadas en su capacidad para eliminar moléculas inflamatorias y endotoxinas", asegura el doctor Castellanos, lo cual demuestra que la utilidad de la depuración extracorpórea va más allá de la terapia continua de reemplazo renal.

"Realizar una monitorización multimodal e individualizar el tratamiento en base a la información disponible y la respuesta al tratamiento es imprescindible", puntualiza.

Actualmente, existen algunos criterios claros para el inicio de una terapia continua de reemplazo renal como son los desequilibrios iónicos graves, la acidosis metabólica grave, la acumulación de urea por una disfunción renal progresiva, la depuración de algunos tóxicos exógenos y fármacos dializables, y la incapacidad para eliminar una acumulación de fluidos que está provocando disfunciones orgánicas.

"Al margen de estas indicaciones, a quién, cuándo, cómo y por qué, siguen siendo preguntas muy relevantes que los ensayos clínicos realizados hasta ahora no han sido capaces de responder. En cualquier caso, identificar fenotipos, subfenotipos y biomarcadores que permitan identificar a los pacientes que se van a beneficiar de una determinada terapia es un gran reto al que nos enfrentamos en nuestro trabajo diario", ha aseverado el jefe de servicio de La Fe.