MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 22 por ciento de los pacientes más graves ingresados por neumonía causada por la COVID-19 pueden presentar cambios fibróticos pulmonares en la tomografía computarizada (TC) y un aumento de los biomarcadores séricos relacionados con la fibrosis pulmonar, según un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de Valencia.
Además, dicho estudio también refleja que casi la mitad de los pacientes con neumonía moderada o severa causada por COVID-19 presenta alteración de la difusión pulmonar seis meses después del alta hospitalaria. Los resultados a los seis meses del alta hospitalaria de este estudio de cohortes multicéntrico, prospectivo y observacional, que se inició en mayo 2020 y finalizó en junio de 2021, acaban de publicarse en Archivos de Bronconeumología, en el artículo titulado 'Lung Function, Radiological Findings and Biomarkers of Fibrogenesis in a Cohort of COVID-19 Patients Six Months After Hospital Discharge'.
El estudio ha contado con la participación de 481 pacientes adultos ingresados por neumonía por SARS-CoV-2 entre el 1 de mayo y el 31 de julio de 2020, pero finalmente, ante la situación de pandemia, solo pudieron ser analizados 313 pacientes, a quienes se realizó un seguimiento a los 2 y 6 meses tras el alta hospitalaria. En él también han participado un total de doce hospitales españoles.
La explicación que encuentran los investigadores del resultado es que se debe a la alteración en la difusión pulmonar implica que el oxígeno que hay en el interior de los alveolos pasa con mayor dificultad al interior de los vasos sanguíneos, para ser transportado a cualquier parte del organismo, lo que da lugar a que muchos pacientes noten disnea (sensación de falta de aire), sobre todo a la hora de hacer algún esfuerzo o ejercicio físico moderado.
En el caso de los cambios fibróticos pulmonares, INCLIVA señala que son alteraciones muy sutiles (pequeñas cicatrices), visibles en la TAC torácica de alta resolución, con escasa repercusión clínica
inicial, aunque no se tiene la seguridad de si esos cambios
progresarán o no.
En cualquier caso, las conclusiones del estudio aconsejan, según los investigadores, la realización de un seguimiento tras el alta hospitalaria de los pacientes ingresados por neumonía causada por COVID-19 que incluya, además de la historia clínica y exploración física, unas pruebas funcionales respiratorias junto con radiografía de tórax cuando persisten síntomas como cansancio, fatiga o sensación de falta de aire.
De este modo, los investigadores recalcan que la mayoría de las infecciones virales respiratorias no suelen dejar secuelas pulmonares en forma de cambios fibróticos en el tejido pulmonar. Sin embargo, tras la epidemia del síndrome agudo respiratorio severo (SARS) en 2003, causado por la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, se observó que los pacientes que sobrevivieron desarrollaron
diferentes grados de fibrosis pulmonar residual, presentes en pruebas de imagen, como TAC torácica de alta resolución, y confirmado con test de función pulmonar.