MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
El exceso de peso afecta a uno de cada cuatro niños en España y, para combatirlo, desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) proponen aprovechar la vuelta al colegio para "erradicar malos hábitos alimenticios" e introducir una alimentación "lo más nutritiva, saludable, rica y divertida posible".
Según ha explicado el coordinador del Grupo de Obesidad de esta sociedad científica, Albert Lecube, la clave pasa por "intentar volver de forma paulatina a la rutina" y a los horarios fijos, y a respetar las 5 comidas diarias: el desayuno, el almuerzo a media mañana, la comida, la merienda y la cena.
No obstante, este experto reconoce que esta vuelta a la rutina puede ser difícil, siempre en función de la distorsión que en los hábitos alimentarios haya supuesto el periodo vacacional.
"La vuelta a la rutina de horarios y comidas puede ser un trauma para muchas familias, pero también es un reto ante el que la familia no puede claudicar", aconseja el doctor Lecube.
En términos generales, este experto de la SEEN defiende que cuidar de la alimentación de los niños en edad escolar debe ser "una de las principales responsabilidades de cualquier país", y considera que esta tarea ha de estar "compartida por los centros escolares y la propia familia", sin olvidar también el papel que las autoridades.
Aunque en ocasiones puede ser difícil definir quién influye más en este aprendizaje, es probablemente el ambiente familiar el que acabará creando conocimientos propios y consolidando los aprendidos en el ámbito escolar.
Además, matiza este experto, "el niño tiene que ser un partícipe activo en su alimentación, desarrollando un criterio propio adecuado en cada situación".
IMPORTANCIA DEL DESAYUNO
Por otro lado, el doctor Lecube ha remarcado la importancia del deasayuno como "uno de los puntales alimentarios del día", que a su juicio debería aportar entre el 20 y el 30 por ciento de la ingesta calórica diaria total.
En él deben introducirse lácteos, cereales y frutas, que conjuntamente nos aportarán una buena cantidad de proteínas, hidratos de carbono, minerales, agua, vitaminas y fibras y evitar, al máximo, el consumo de bollería industrial por ser una fuente de grasa, "más perjudicial para la salud".
En la hora del recreo se debe proporcionar al niño un pequeño tentempié, formado por una pieza de fruta, un lácteo, un quesito o un bocadillo. "Este almuerzo, permitirá al niño mantener su rendimiento físico e intelectual y llegar en perfectas condiciones a la hora de la comida", explica el doctor.
La comida y la cena son también dos momentos esenciales en la alimentación del niño, que debemos intentar complementar. Para ello será útil disponer del menú escolar cuando el niño coma en el colegio. "Ambas ingestas deben ser equilibradas y variadas en preparaciones y texturas, incluyendo legumbres, frutas, verduras y hortalizas, pescado y carne, priorizando la carne blanca frente a la carne roja. La cena debería ser más ligera que la comida", concluye.
Por último, según el experto, "la merienda, con un 15 por ciento del aporte energético diario, es un momento ideal para completar el aporte de frutas, cereales y lácteos que no ha podido administrase durante el resto del día".