BARCELONA, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las arterias de las personas que viven a 100 metros de una autopista o carretera transitada se deterioran a una velocidad de más del doble del proceso habitual, según un estudio que ha cuantificado científicamente por primera vez la relación entre contaminación atmosférica y deterioro de la salud.
El trabajo, desarrollado por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) de Barcelona, junto con investigadores de Suiza y de la Universidad del Sur de California, constató que aquellos que habitan en lugares cercanos al humo del tráfico rodado aceleran el crecimiento de la placa de sus arterias hasta los 5,5 micrómetros por año, más del doble de la media de su crecimiento anual.
Los resultados son especialmente relevantes en el caso de los países occidentales, según el investigador del Creal y coautor del estudio, Xavier Basagaña, ya que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte por delante del cáncer. Cada semana mueren 770 españoles por alguna cardiopatía isquémica --infarto, angina de pecho y muerte súbita--.
El estudio 'Contaminación atmosférica y Evolución de la Arterioesclerosis en Adultos', que publica la revista científica 'PLoS ONE', muestra por primera vez que la polución del tráfico rodado puede causar cambios tan complejos en las arterias como la ateroesclerosis --una dolencia en la que el material graso se acumula en las paredes de las arterias hasta desencadenar un infarto--.
Asimismo, los científicos lograron constatar que los efectos de la contaminación eran más graves en los pacientes que recibían tratamiento para reducir el colesterol, al contar con un riesgo inicial más alto, y en aquellos con un nivel socioeconómico bajo, por la combinación con otras exposiciones a la contaminación, la dieta pobre y el estrés al que están expuestos.
BARCELONA, PEOR QUE LOS ÁNGELES
El estudio contó con la participación de unas 1.500 personas de Los Ángeles (Estados Unidos), a los que se les midió la progresión de la aterosclerosis cada seis meses durante tres años, si bien esta ciudad de California presenta unos niveles de contaminación por debajo de los niveles máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mientras Los Ángeles presenta una concentración de partículas nocivas en el aire de entre 25 y 30 microgramos por metro cúbico, en Barcelona los niveles llegan a situarse entre 45 y 50 --la recomendación máxima de la OMS es de 40--.