MADRID 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los individuos con mayores niveles de vitamina D podrían tener un menor riesgo de desarrollar Parkinson, según un trabajo realizado por investigadores del Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar de Helsinki (Finlandia), publicado este mes en 'Archives of Neurology'.
Se sabe que la vitamina D juega un papel importante en la salud de los huesos y que incluso podría estar relacionada con el cáncer, las enfermedades cardíacas y la diabetes tipo 2, según los autores del estudio.
"Recientemente, se ha apuntado la posibilidad de que una ingesta inadecuada de vitamina D crónica podría jugar un rol clave en la patogénesis del Parkinson", apuntan en su trabajo, añadiendo que el Parkinson "podría ser causado por una continuada ingesta escasa de vitamina D, que llevaría a una pérdida crónica de neuronas dopaminérgicas en el cerebro".
El equipo dirigido por Paul Knekt, investigador del Instituto Nacional para la Salud y el Bienestar de Helsinki, estudió a un total de 3.173 hombres y mujeres finesas con edades comprendidas entre los 50 y los 79 años que no tenían Parkinson al comienzo del estudio, de 1978 a 1980.
Los participantes completaron cuestionarios y entrevistas sobre aspectos socioeconómicos y sanitarios de su vida, se sometieron a exámenes y cedieron muestras de su sangre para que se analizara su contenido de vitamina D. En 29 años de seguimiento, hasta 2007, 50 participantes desarrollaron Parkinson.
Tras ajustar factores potencialmente relacionados con esta circunstancia, como la actividad física o el índice de masa corporal (IMC), los individuos del cuartil superior --un cuarto de la población del estudio, los que presentaban los niveles más altos de vitamina D--, mostraban un riesgo de desarrollar Parkinson un 67 por ciento menor que el de aquellos participantes del cuartil más bajo, con los niveles menores de vitamina D.
"A pesar de los niveles bajos de vitamina D registrados en todos los participantes de este estudio, se encontró una relación entre dosis y respuesta", señalan los autores, quienes han recordado que el trabajo "fue llevado a cabo en Finlandia, una aria con posibilidades limitada para la exposición al sol y por ello, con una población cuyos niveles de vitamina D se mantienen continuamente bajos".
El nivel medio de vitamina D de esta población era aproximadamente la mitad de los que fijan los niveles óptimos, que se encuentran entre los 75 y los 80 nanomoles por litro. "Este descubrimiento es coherente con la hipótesis de que una ingesta inadecuada crónica de vitamina D es un factor de riesgo para el Parkinson", indican.
El mecanismo exacto por el que la vitamina D puede afectar al riesgo de desarrollar Parkinson es todavía desconocido, pero los nutrientes han demostrado ejercer un efecto protector en el cerebro a través de la actividad de los antioxidantes, la regulación de los niveles de calcio, la detoxificación, la modulación del sistema inmune y la mejora de la conducción de la electricidad a través de las neuronas, indican los autores.
"En ensayos centrado en los efectos de los suplementos de la vitamina D, la incidencia del Parkinson merece un seguimiento especial", concluyeron.