MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
La presencia del virus de la rabia en humanos es altamente peligrosa y, en caso de producirse el contagio por la mordedura de un perro afectado, el paciente afectado debe tratarse con inmunoprofilaxis antes de que aparezcan los primeros síntomas ya que cuando el virus se desarolla no hay un tratamiento que sea realmente efectivo.
Así lo ha reconocido en una entrevista a Europa Press el doctor Juan Emilio Echevarría, jefe de la Unidad de Aislamiento y Detección de Virus del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, después de que se haya confirmado la presencia del virus en un perro de Toledo que había mordido a cuatro niños y un adulto.
La rabia canina está erradicada en la Península desde 1978, mientras que en Ceuta y Melilla sí que se han dado algunos casos de animales procedentes de Marruecos. Y en dicho año se produjo también el último caso de rabia humana.
Pese a todo, actualmente existe en España un protocolo que se activa cada vez que una persona resulta mordida por un perro para, en función de las circunstancias del incidente, administrar el tratamiento inmunoprofiláctico contra la rabia por si el animal estuviera infectado, como finalmente se ha confirmado en el caso de Toledo.
"Depende de la severidad de las lesiones o de la situación clínica del perro, si está vacunado o no", reconoce Echevarría, que confirma que una vez iniciado el tratamiento "la eficacia es del cien por cien".
El tratamiento consiste en una dosis de gammaglobulina y cinco dosis de la vacuna, que se administra a lo largo de 28 días, y su eficacia se debe a que el virus tiene un periodo de incubación "largo", de entre tres y ocho semanas. "Esto nos da muchos días de margen", según apunta.
Además, y en contra de lo que se pensaba al principio de usar este tratamiento, los fármacos actuales "no tiene efectos secundarios relevantes".
"Antes el tratamiento de la rabia tenía fama de vacuna insegura, y esto era porque las primeras vacunas se obtenían de animales y contenían tejido nervioso del animal con el virus inactivado, que en algunos pacientes causaba reacciones autoinmunes. Pero ahora ya no se producen así", explica, reconociendo que "se puede usar incluso en mujeres embarazadas".
INICIAR "CUANTO ANTES" EL TRATAMIENTO
Por ello, dada la eficacia de los tratamientos actuales, este investigador del Carlos III insiste en que en caso de mordedura se acuda al médico "cuanto antes" para que, en caso de que sea necesario, se inicie rápido el tratamiento.
De hecho, recuerda que "una vez iniciados los síntomas no hay un tratamiento realmente efectivo". "En algún caso se ha logrado evitar la muerte del paciente, pero con secuelas", reconoce.
A diferencia de otros virus, el virus no llega al cerebro a través de la sangre sino de los nervios, con una progresión de unos milímetros al día. Esto hace que los primeros síntomas que se experimenten sean molestias en la zona de la mordedura.
"Son sensaciones extrañas, que suelen ir del miembro afectado hacia arriba. Luego provoca cambios en el comportamiento poco específicos, nerviosismo, agitación, etc... lo que deriva en una parálisis progresiva de los miembros que acaba en parálisis cardiorrespiratoria", explica.