MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
Médicos del Mundo ha lanzado una campaña para pedir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que valore "adecuadamente" el 'virus Eva', una amenaza sanitaria que sufren 3.700 millones de mujeres en España y declare que es urgente proteger su salud frente a las consecuencias de la desigualdad.
"Es el momento de atajar el virus Eva, una enfermedad social que afecta a las mujeres por el hecho de serlo. La OMS y los gobiernos tienen que tomar medidas ya, porque son muchas vidas las que están en juego, como constatamos cada día en nuestro trabajo", ha explicado la vicepresidenta de Médicos del Mundo, Celsa Andrés.
Una de cada tres mujeres ha sufrido o puede sufrir agresiones físicas o sexuales en algún momento de sus vidas. Cada día, más de 800 fallecen en el mundo por causas prevenibles relacionadas con el embarazo o parto, unas 300.000 al año. Más del 60 por ciento de los adultos infectados por VIH en África subsahariana son mujeres. La mutilación genital pone en riesgo la salud de miles de ellas en 30 países.
Por otra parte, el 70 por ciento del personal sociosanitario mundial es femenino. En el ámbito privado, los cuidados recaen sistemáticamente en ellas. Así que las mujeres cuidan más, pero reciben menos cuidados y toman menos decisiones sobre la sanidad.
La campaña de Médicos del Mundo muestra casos que ejemplifican cómo las dificultades sociales adicionales que enfrentan las mujeres perjudican su salud: salarios y pensiones más bajas que les impiden alimentarse correctamente o tomar los medicamentos que necesitan; violencias que dejan secuelas físicas y mentales; prácticas culturales dañinas, como los matrimonios forzados; falta de investigación y mala identificación de los síntomas de las enfermedades que afectan especialmente a las mujeres.
"Mi salud me ha impedido encontrar trabajo", dice María, en la campaña. Tiene 53 años y vive en la calle desde hace tres. No tiene trabajo, ni ayudas sociales, ni apoyo familiar. Padece artrosis, lo que le impide trabajar y es superviviente de la violencia a la que la sometía su pareja. "A un hombre en la calle lo respetan más, no es el mismo trato. Nosotras sufrimos más. Tenemos dificultades añadidas", añade.