MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los cambios en el estilo de vida dirigidos a una ligera pérdida de peso redujeron la tasa de desarrollo de la diabetes tipo 2 en un 34 por ciento a lo largo de 10 años en personas bajo un alto riesgo, según un estudio dirigido por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos que se publica en la revista 'The Lancet'.
Los investigadores presentan los resultados del Estudio de Resultados del Programa de Prevención de la Diabetes (DPPOS, según sus siglas en inglés), un estudio de seguimiento de 10 años de pacientes que participaban en el Programa de Prevención de la Diabetes (DPP, según sus siglas en inglés).
El DPPOS descubrió que los pacientes con un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que realizaban cambios en su estilo de vida también disminuyeron la presión sanguínea y sus niveles de triglicéridos. Además, aquellos pacientes que en vez de cambiar su estilo de vida fueron tratados con el fármaco oral para la diabetes denominado metformina redujeron la tasa de desarrollo de diabetes en un 18 por ciento después de 10 años en comparación con el grupo placebo.
El DPP se completó en 2001 y fue un ensayo aleatorio que duró tres años y en el que participaron más de 3.200 adultos obesos o con sobrepeso con niveles elevados de glucosa en sangre, lo que les confería un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El 45 por ciento de los participantes procedían de grupos minoritarios afectados de forma desproporcionada por la diabetes tipo 2: afroamericanos, hispanoamericanos, americanos asiáticos, procedentes de las islas del Pacífico e indios americanos.
Los resultados del DPP mostraron que los cambios importantes en el estilo de vida, incluyendo el ejercicio, la reducción del consumo de calorías y grasas y la interacción frecuente con los profesionales sanitarios, redujo el desarrollo de la diabetes tipo dos alrededor del 58 por ciento tras tres años. Aquellas personas asignadas a dos dosis diarias de metformina pero que no cambiaron su estilo de vida redujeron el desarrollo de la enfermedad en un 31 por ciento en el mismo periodo.
Según explica Neil H. White, especialista en diabetes pediátrica del Hospital Infantil de Saint Louis y principal investigador de ambos estudios, "el cambio del estilo de vida hacia hábitos más saludables, incluyendo los dirigidos a reducir el peso, una mejor dieta y más ejercicio, tendrán un impacto continuo a largo plazo sobre la salud global, al menos en la prevención de la diabetes y esperemos que de las complicaciones asociadas. Incluso si la pérdida de peso es ligera tendrá grandes beneficios".