MADRID 21 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de diferentes Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos han desarrollado una vacuna experimental frente al virus del Ébola que, por el momento, ya ha demostrado en primates que es capaz de inmunizar frente a la variante más agresiva de esta enfermedad, según un estudio publicado en la revista 'PLoS Pathogens'.
Dicha vacuna ha sido diseñada por el Centro de Investigación de Vacunas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en sus siglas en inglés) y, aunque en su origen pretendía proteger frente a dos tipos de Ébola muy letales ya diagnosticadas en 1976, han observado que también resulta eficaz frente a una última variante identificada hace apenas tres años, en 2007.
Según el director del NIAID, Anthony Fauci, este hallazgo demuestra que "es posible generar inmunidad a especies recién identificadas" y, asimismo, "abre una vía para el desarrollo de una vacuna única que permita luchar contra distintas variantes del Ébola".
En principio, esta vacuna incluye dos componentes, uno primario y un estímulo. La primera incluye una pequeña pieza de material genético que codifica proteínas del ebolavirus de Zaire y Sudán, mientras que el estímulo consiste en un virus debilitado por el frío que aporta el ebolavirus del Zaire.
Anteriormente, los investigadores ya habían observado que esta vacuna ofrecía una fuerte respuesta de los anticuerpos de los monos, incluyendo las células T, que audan a orquestar la respuesta general del sistema inmune, algo que para Nancy Sullivan, quien ha dirigido la investigación, es fundamental de cara a poder ofrecer un estímulo inmune más amplio y "hacer frente a nuevas variantes del virus".
De hecho, tras la aparición del ebolavirus Bundibugyo en 2007 estos investigadores volvieron a utilizar esta vacuna en un grupo de macacos y los compararon con otros con la primera versión de la vacuna. Ninguno de los vacunados con este nuevo producto presentaron síntoma alguno de la enfermedad, mientras que en el otro grupo todos cayeron enfermos y hubo una tasa de mortalidad del 75 por ciento.
Además, en posteriores análisis comprobaron que los monos vacunados desarrollaron una respuesta de sus células T suficiente para prevenir o controlar la infección.
El próximo objetivo es evaluar qué parte de esta respuesta inmune es clave para el éxito de la vacuna, "con el objetivo de desarrollar una única vacuna que proteja frente a todas las especies futuras", explica Sullivan.