El uso del antipsicótico clozapina podría haber evitado miles de muertes, según estudio

Actualizado: lunes, 13 julio 2009 10:13


MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

El uso del antipsicótico clozapina podría haber evitado miles de muertes, según un estudio de la Universidad de Kuopi y el Hospital Nuivanniemi de la misma localidad finlandesa que se publica en la edición digital de la revista 'The Lancet'.

Según los investigadores, las restricciones en el uso de la clozapina, un fármaco de segunda generación de antipsicóticos derivadas de aspectos referidos a su seguridad podrían haber causado un exceso de miles de muertes en todo el mundo.

El estudio muestra que el uso de la clozapina está asociado con una mortalidad hasta un 26 por ciento menor cuando se compara con el antipsicótico perfenazina de primera generación. Además, el uso a largo plazo de antipsicóticos se asocia con un 20 por ciento menos de mortalidad.

Los investigadores utilizaron registros nacionales finlandeses para comparar la mortalidad específica en 67.000 pacientes frente a la población total de 5,2 millones entre 1996 y 2006. Midieron la mortalidad de todo tipo de los pacientes con esquizofrenia en unidades de atención externas durante la exposición a cualquiera de los fármacos antipsicóticos en comparación con no utilizarlos y la exposición a los seis fármacos de este tipo más empleados en comparación con el uso de perfenazina.

Los investigadores descubrieron que aunque el uso proporcional de la segunda generación de estos fármacos ascendió a entre el 13 y el 64 por ciento durante el seguimiento, la distancia en la esperanza de vida a partir de los 20 años entre la población general y los pacientes con esquizofrenia no se había ampliado. Los autores explican que se creía de forma generalizada que la introducción de los nuevos fármacos en los 90 había afectado de forma negativa sobre la mortalidad de los pacientes.

Los resultados mostraron que en comparación con el uso actual de la perfenazina, el mayor riesgo de mortalidad global se registró con la quetiapina, con un aumento del 41 por ciento, y el más bajo con la clozapina, con un descenso del 26 por ciento. La exposición acumulada en un periodo de entre 7 y 11 años a cualquiera de los tratamientos se asoció con un 20 por ciento menos de mortalidad en comparación con no tomar nada.

Los autores consideran sorprendente que el uso de la clozapina, un fármaco restringido por motivos de seguridad, se asociara con los índices menores de mortalidad. Señalan por tanto que estos resultados plantean el uso de la clozapina como fármaco de primera línea de tratamiento dado que parece ser el más seguro en términos de mortalidad y también el más eficaz.

Sin embargo, los autores señalan que al ser un fármaco barato no es rentable para la industria farmacéutica en comparación con otros antipsicóticos de segunda generación. Además, señalan que el control clínico que requiere el uso del fármaco podría ser un inconveniente a la hora de que los especialistas se decidieran a iniciar el tratamiento.

El uso de clozapina es restringido, por lo que sólo puede utilizarse tras fallar otros dos fármacos. Debido a que la clozapina se asocia con una menor mortalidad que otros antipsicóticos, esta restricción podría haber dado lugar a una mortalidad excesiva. La clozapina puede causar agranulocitosis, un trastorno en el que los leucocitos se agotan. El uso de clozapina requiere un control semanal de la sangure durante seis meses seguido de un control mensual para examinar posibles signos o evitar la agranulocitosis.

Según los autores, las restricciones en el uso de la clozapina y la tioridazina no se han basado en las evidencias de sus tasas globales de riesgo-beneficio. Los resultados sugieren que estas recomendaciones, excepto el control sanguíneo, podrían haber causado miles de muertes prematuras en todo el mundo en pacientes tomaron otros fármacos que podían asociarse con una mayor mortalidad.