La globalización incrementa las reacciones a picaduras de otros insectos, como arañas, hormigas o mosquitos
MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
En comparación con otros insectos como las abejas, los abejorros son polinizadores muy eficaces. En primer lugar, porque trabajan rápido (visitan, por ejemplo, el doble de flores por minuto que las abejas), y debido a su tamaño, pueden transportar cargas relativamente pesadas, lo cual les permite realizar largos viajes de recogida. Además, debido a su tamaño relativamente grande logran un mejor contacto con los estambres y pistilos, que los insectos más pequeños.
"La utilización de abejorros o 'Bombus' en los invernaderos para la polinización de hortalizas ha provocado, en los últimos años, un aumento en el número de pacientes alérgicos a las picaduras de estos insectos himenópteros", explica la doctora Sergia Cruz, alergóloga del Hospital Torrecárdenas en Almería, que participa en el primer Simposio Internacional de Alergia a Himenópteros, que se celebra hasta este sábado en Granada.
Los trabajadores de los invernaderos son muy susceptibles de hacerse alérgicos a las picaduras de estos insectos: "al estar más expuestos el número de picaduras aumenta y en consecuencia también han aumentado las reacciones alérgicas", añade la doctora. Por ello, la preocupación de los alergólogos no radica en la prevalencia de este tipo de alergia, sino en la gravedad que pueden alcanzar los posibles síntomas.
"Las reacciones alérgicas que pueden producir al picar son similares a las causadas por otros himenópteros comunes. Pueden provocar desde reacciones locales extensas que cursan con enrojecimiento, picor e hinchazón intenso en la zona afectada, hasta reacciones generalizadas que pueden llegar a ser realmente graves", alerta la alergóloga.
Por ello, los especialistas recomiendan no minimizar los síntomas que se puedan sentir con una primera picadura y acudir siempre al alergólogo. El objetivo es realizar un diagnóstico para establecer un tratamiento mediante inmunoterapia (vacunación) y dotar al paciente de un tratamiento de emergencia, como inyecciones de adrenalina, por si vuelve a ser picado por uno de estos insectos. Tal y como insiste la doctora Cruz, "existen vacunas que dan buenos resultados, si bien ha precisado que para su administración es imprescindible que se realice el diagnóstico previo por parte del especialista".
OTROS INSECTOS
Pero existen insectos no himenópteros cuyas picaduras también pueden producir reacciones. Tal y como cuenta el doctor Darío Antolín, miembro del Comité Científico del Simposio Internacional de Alergia a Himenópteros y alergólogo del Hospital Universitario Príncipe de Asturias en Madrid, "la mayoría de picaduras de insectos producen reacciones tóxicas a nivel local con diferentes formas. Se caracterizan por dolor, hinchazón y enrojecimiento en el lugar de la picadura y persisten habitualmente durante uno o dos días, con resolución completa".
Las reacciones generalizadas por picadura de insectos no himenópteros (ni abejas ni avispas) son poco frecuentes, siendo los insectos implicados mosquitos, chinches, pulgas, moscas y la oruga procesionaria. En casos menos habituales, se han observado reacciones graves por cucaracha y tetraníquidos (ácaros y arañas rojas). Por la importancia de sus picaduras, y a pesar de pertenecer al orden 'Hymenoptera', la familia 'Formicidae' (hormigas rojas) se incluye en este apartado.
"La globalización, el transporte frecuente de mercancías entre países distantes y el calentamiento global pueden ser las causas del aumento de reacciones por picadura de estas especies --sugiere el doctor Antolín--. Cuando hablamos de los riesgos de las picaduras pensamos solo en trabajos al aire libre, pero olvidamos que con la globalización recibimos a través del transporte múltiples mercancías de países lejanos que llegan a nuestros almacenes".
INMUNIZACIÓN NATURAL
Los apicultores no son necesariamente alérgicos al veneno de abejas y avispas. Por el contrario, la mayoría de ellos reciben picaduras de himenópteros a diario y no presentan diagnóstico de alergia a su veneno. Algunos estudios realizados en esta población sugieren que al estar sometidos al estímulo desarrollan cierta "inmunidad".
"La exposición mantenida y persistente al estímulo alergénico que suponen los himenópteros podría inducir un estatus de tolerancia inmunológica que afectaría a la respuesta inmunológica general de estas personas, desvela el doctor Francisco Carballada, del Hospital Lucus Augusti, en Lugo. Esta es la base del test de repicadura que se practica a los pacientes que reciben tratamiento con inmunoterapia en los hospitales o que están en seguimiento. El test consiste en que la abeja pique al paciente, mediante una exposición controlada, para corroborar la efectividad de la vacuna. En la mayoría de los casos se confirma la inmunotolerancia, lo que mejora la adhesión al tratamiento por parte de los propios afectados.
"En realidad, las vacunas para himenópteros están fabricadas con veneno puro de distintos tipos de avispas y abejas. Lo que se busca es que sea el propio sistema inmunológico del paciente el que se haga tolerante al veneno", concluye Carballada.