MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los trastornos respiratorios son el principal problema de salud que se trata en los servicios de urgencia hospitalarios durante los meses de invierno, hasta el punto de que la prevalencia de los mismos aumenta hasta un 80% en relación con otras épocas del año, según informó hoy la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Esta es la razón de que, según explican los neumólogos, "en fechas como las actuales no sea infrecuente que determinados hospitales se vean desbordados, una situación que se vuelve doblemente preocupante cuando además llega una ola de gripe, lo que, por fortuna, no es el caso actual".
Además de las insuficiencias respiratorias del tipo de bronquitis crónica o EPOC, que suelen afectar a personas con edades superiores a los 50 años, llegan a las urgencias otras personas, mayor o joven, aquejada de infecciones provocadas por virus, como pueda ser el de la gripe o el resfriado, o bacterias, responsables de las neumonías.
El impacto de las infecciones respiratorias en el paciente joven, con buenas defensas, suele resultar banal, pero en el paciente anciano inmunodeprimido o que presenta enfermedades concomitantes se suelen producir complicaciones que generan una mayor presión asistencial y en ocasiones una aumento de la mortalidad.
SÍNTOMAS DE ALARMA
Los síntomas de alarma de una infección respiratoria, explica el citado médico, se centran en la tos, la expectoración, el dolor y la disnea (sensación de ahogo o de falta de aire). También la opresión torácica es un signo habitual, aunque no siempre es fácil diferenciar el de origen respiratorio del causado por otros procesos.
"La tos, uno de los reflejos más comunes de la existencia de una afección respiratoria (infecciosa o no), aunque también puede obedecer a otras causas, es una maniobra espiratoria brusca, a modo de explosión, que intenta eliminar el material acumulado en las vías aéreas, por lo que no siempre es conveniente atajarla sin previamente, o a la vez, actuar sobre la causa que la origina", explica el doctor José Gallardo Carrasco, experto en enfermedades respiratorias y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
EN BEBÉS
Dentro del amplio catálogo de infecciones respiratorias agudas una de las más comunes y que mayores cuidados requieren, por ser los niños de corta edad y los lactantes menores de seis meses los más afectados, es la bronquiolitis.
Esta infección puede estar producida por diversos tipos de virus que, desde las vías aéreas altas descienden hacia los bronquios medianos y pequeños y los bronquiolos ocasionando un edema y exudado que impide la respiración normal.
"Los síntomas habituales -continúa el especialista de SEPAR- son bastante típicos: el niño presenta una infección vírica previa que, de forma brusca, se complica con un cuadro de gran dificultad respiratoria, fatiga, silibancias (pitos en el pecho), taquicardia y tos seca. Normalmente estos casos pueden tratarse en el domicilio; aproximadamente el 60% de los niños tienen como secuela la hiperreactividad bronquial postbronquiolitis por lo que es conveniente prestarlos la atención debida, ya que en ocasiones son graves y requieren hospitalización. En el 44% de los casos el virus causante de este proceso es el Sincitial respiratorio".
VIRUS RESPIRATORIO SINCITIAL
Se sabe que más del 50% de las hospitalizaciones por infecciones respiratorias en niños de menos de 2 años durante los meses fríos son debidas al virus respiratorio sincitial (VRS) ".
Este virus, que aparece en la misma época que el virus de la gripe, tiene como grupo de alto riesgo a los bebés prematuros, así como aquellos niños que presentan enfermedades pulmonares subyacentes como fibrosis quística, niños con enfermedad cardiaca y niños y adultos con déficit inmunológico debido a enfermedad genética. Pero según indica el doctor Gallardo, "casi todos los niños adquieren una infección por VRS hacia los tres años de edad".
El VRS, que se transmite fácilmente por contacto físico o a través del aire, mediante gotitas líquidas infectadas procedentes de la tos o el estornudo, suele afectar a los bronquios de pequeño calibre.