MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Unión de Trasplantados de Órganos Sólidos, que engloba a la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), la Federación Española de Trasplantados del Corazón (FETCO), la Federación Española de Fibrosis Quística (FEFQ) y la Federación Española de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), ha reclamado que se les reconozca la discapacidad superior al 33 por ciento para poder acceder a puestos de trabajo con esta certificación.
"Reclamamos la protección social y laboral de las personas que reciben un trasplante, así como de los donantes en vida, con el mantenimiento del certificado de discapacidad, basado en un baremo justo y homogéneo que no dependa de la comunidad autónoma en que se solicite dicho certificado", señala Daniel Gallego, presidente de ALCER.
En esta misma línea, Emilio Bautista, presidente de FETCO, incide en que los efectos secundarios asociados al tratamiento inmunosupresor "condicionan en gran medida" la vida de las personas trasplantadas, por ello, desde las asociaciones de pacientes demandan el reconocimiento de una discapacidad superior al 33 por ciento, "lo que supondría la posibilidad de acceder a puestos de trabajo a los que, a día de hoy, no pueden optar".
De hecho, tal y como apunta el presidente de ALCER, antes de recibir el trasplante, este tipo de pacientes "suelen permanecer varios años fuera del mercado laboral debido a los problemas asociados a sus enfermedades". "Por ejemplo, en el caso de los pacientes renales, pueden permanecer varios años en lista de espera para optar a un trasplante mientras reciben hemodiálisis, y una vez trasplantados, si no se les reconoce un certificado de discapacidad, no pueden acceder a un trabajo en las mismas condiciones que la población general, por las revisiones médicas y los controles periódicos a los que tienen que someterse", ha apuntado.
Por otra parte, el presidente de FECTO incide en "la necesidad de un abordaje médico global del paciente trasplantado". "En el caso de los trasplantados de corazón, no basta con que cumplamos con nuestras revisiones con el cardiólogo, sino que deberíamos recibir una revisión global en la que participen otros especialistas implicados en la prevención y tratamiento de enfermedades asociadas al trasplante, como pueden ser la diabetes o el cáncer", ha concluido.