BRUSELAS 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, ha asegurado este miércoles que tomará "acciones inmediatas" si la presencia de carne de caballo en productos precocinados anunciados como vacuno plantea un riesgo para la salud de los consumidores, pero ha insistido en que, por el momento, se trata de un problema de "fraude" en el etiquetado del producto.
En una rueda de prensa en Bruselas, previa a una reunión extraordinaria con los ministros responsables del caso en los países directamente afectados, entre los que no está España, Borg ha apuntado que el escándalo de la carne de caballo hallada en lasañas de la marca 'Findus' vendidas en Reino Unido es una cuestión de "fraude", que revela la "negligencia" en el control y seguimiento de los alimentos.
"Sería injusto e inadecuado para todos los Estados miembros implicados convertir este caso en un asunto de seguridad alimentaria sin tener pruebas de que así sea", ha advertido Borg, al ser preguntado por las garantías de seguridad con que cuenta Bruselas, habida cuenta de que ha fallado la trazabilidad de los productos contaminados.
El comisario ha insistido en que "hasta ahora no hay indicios" de que la presencia de carne de caballo en los alimentos precocinados que han despertado la alarma suponga "necesariamente un riesgo" para la salud de los consumidores, aunque no lo ha descartado. "He dicho que podría transformarse en una cuestión de seguridad alimentaria y entonces tomaría acciones", ha recalcado.
El Ejecutivo comunitario defiende que el sistema de alerta europeo ha funcionado porque "en un solo día" se pudo "rastrear" el camino que siguió dentro de la Unión Europea la carne de caballo en cuestión. "No es un fallo del mercado interior, es un incidente dentro del mercado interior que tomamos muy en serio para recuperar la confianza de los consumidores", ha dicho Borg.
También ha explicado que la trazabilidad de los alimentos dentro de la Unión Europea es una competencia que recae sobre los Estados miembros y no sobre el Ejecutivo comunitario, que sí podría actuar si el caso se convierte en un problema de seguridad alimentaria, como ocurrió en la llamada 'crisis de las vacas locas'.
Borg ha recalcado que existen normas comunitarias en materia de etiquetado y de trazabilidad que o se han cumplido y ha señalado a las autoridades nacionales: "Que esta carne haya cruzado varios países significa que en algunos de estos países se ha aplicado mal la ley o, simplemente, se ha cometido un fraude".
"En este caso es una violación de las reglas. No es que haya una falta de legislación, es que no se ha cumplido. La ley es muy clara, si hay carne de caballo en la lasaña debe de mencionarse en el etiquetado", ha afirmado.
Con todo, Borg ha descartado por el momento que el caso plantee un problema de salud pública y ha apuntado las próximas reuniones a 27 para examinar la situación.
El primer encuentro, de carácter informal, lo mantienen este miércoles los principales países afectados (Francia, Reino Unido, Luxemburgo, Suecia, Rumanía y Polonia) con la presidencia de turno de la UE que ocupa Irlanda y con el comisario. Pero Borg ha anunciado dos citas más con la contaminación por carne de caballo en la agenda de Bruselas en los próximos días, la primera este viernes a nivel de expertos y la siguiente a nivel de ministros, en el Consejo de Agricultura de ministros de la UE del próximo día 25.