MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 75% de los recién nacidos son hipermétropes y pueden llegar a alcanzar hasta 1 y 2 dioptrías; el 71% de los lactantes tiene astigmatismo y un 20% de los niños prematuros padecen miopía llegando hasta 8 y 10 dioptrías, según un estudio realizado por el COI, Centro de Optometría Internacional.
En este último caso, cuanto mayor es el grado de prematuridad, el nivel de miopía es superior por lo que la visibilidad de lejos de los más pequeños puede llegar a ser muy escasa. "Hay niños que llegan a tener 20 dioptrías", apunta el doctor Peralta, médico adjunto de Oftalmología Infantil del Hospital Universitario La Paz de Madrid, quien advierte de que "es el grupo de bebés más conflictivo y el que más tratamiento requiere".
Los oftalmólogos advierten de que no existe una conciencia social sobre la importancia de realizar revisiones oftalmológicas a los bebés pero la realidad es que, en ese periodo de edad, se detectan muchos problemas visuales de astigmatismo, miopía e hipermetropía que si no se corrigen a tiempo pueden degenerar con la edad.
Para ello, ya existen lentes de contacto que se adaptan al ojo de los más pequeños incluso con tan sólo semanas de vida. Profesionales de la visión lo consideran un buen método para detener o disminuir la miopía, así como para corregir algunos tipos de estrabismo. Además, "la utilización de las mismas no tiene ninguna molestia para el bebé y él mismo se acostumbra a ellas", apunta Marisol García Rubio, directora del COI.
Los oftalmólogos recuerdan que para un buen desarrollo visual y también motor es muy importante que el bebé pase por todas las etapas, es decir desde el reptado hasta el gateo para finalmente acabar andando. Los especialistas resaltan la importancia de que los niños gateen ya que la supresión de esta fase puede suponer un retraso en su desarrollo principalmente en el área visual.
Los datos apuntan a que el 90% de los niños estrábicos no ha gateado. Y es que, se ha demostrado que es una de las etapas más importantes para el desarrollo de la vista del bebé porque es el momento en el que el niño enfoca los dos ojos en el suelo a una corta distancia y es ahí donde aprende a orientarlos hacia un mismo punto.